Cuando uno en el mundo laboral la caga de esa magnitud, falla en lo que tiene que lograr, hace el ridículo reincidentemente, lo lógico es que lo manden a la mierda, en el mejor de los casos con un apretón de manos y un falso gracias por la mas elemental de las educaciones. Lo normal sería que ni siquiera se dignaran a dirigirle la palabra más allá de “por favor, váyase y no vuelva”.
Si uno es una persona íntegra y honesta, antes de que lo manden a la mierda para tratar de guardar un poco de dignidad, da un paso adelante y reconoce su monumental cagada, afronta sus consecuencias, acepta sus responsabilidades y se retira por su propia iniciativa, no se queda regodeándose en la mezquindad de su ineficiencia y mediocridad. Si uno la caga de esa manera tan insultante, se va a la mierda con la cabeza gacha y con la vergüenza del deber no cumplido.
Cuando uno es un inútil mas allá de toda redención, deja de lado lo que hace y se busca una nueva profesión, donde no la cague tanto, donde no sea tan malo.
Se puede echar la culpa al primitivo, que bien tiene parte de la culpa, pero la comparte con los genios de la dirigencia que decidieron llamarle de nuevo. El señor no es capaz para este trabajo, ya falló una vez y lo más probable es que lo volvería hacer, como en efecto lo hizo. Pero la mayoría de la culpa no es de él, porque yo no lo vi uniformado dentro del campo. Allí estaban otros individuos, no él.
Y son esos individuos los que ahora van a decir que así es el futbol, que hicieron lo pudieron, que la suerte no acompañó. Pues el futbol no es así, uno gana si anota más goles que el contrario, nada mas. Si hicieron lo que pudieron, pues no pudieron lo suficiente. La suerte no existe, uno se la fabrica con su capacidad, con su entrega, con su dedicación.
Señores seleccionados, espero que aun tengan un poco de dignidad, y mas de alguno de ustedes sean íntegros y honestos, permitiéndoles reconocer la incapacidad que demostraron y haciéndose a un lado para permitir que gente mas capaz tome su lugar. No solo ustedes, también ese señor hondureño y esos que dicen que dirigen el futbol nacional. Qué lástima que no aprendieron un poco del pundonor y los huevos que demostraron los seleccionados de futsala.
El sábado pasado no jugaron con uno mas, jugaron con 25000 mas, con 15 millones mas. Y dejaron a todo un pueblo presa de la indignación, de la vergüenza, de la impotencia, de la cólera, de la decepción. Ya lograron hacer sentir al aficionado guatemalteco la misma sensación que causan los políticos.
Mejor así, de todas formas no tenía ganas de ir a un mundial en Sudáfrica. Así estaremos más tranquilos el otro año sin tener que preocuparnos de un nuevo ridículo. Ahora apoyemos a los hermanos Salvadoreños, ojala que ellos si puedan.
Escribo esto con el hígado, y no debería. Siempre digo que nunca más volveré a interesarme en la selección, pues carece del más mínimo sentido hacerlo. Sin embargo siempre vuelvo. Espero que esta vez si logre cumplirlo. Estoy seguro que mi promesa de no volver a interesarme en la selección no la voy a cumplir, pero una promesa que sí les hago, mis estimados lectores, es que en el ruletero, nunca mas un post sobre la selección nacional. Insúltenme si quieren, pero hoy los insultos se los merecen otros. Disculpen este post.