Esto se me ocurrió hoy porque anoche viendo la tele pasaron un anuncio de un DVD y decía que se podía poner en “español de Argentina”, “español de México” o “español neutro”…¿Qué es el español neutro? ¿Dónde se habla el español neutro? ¿Quién decide que es español neutro? A estas alturas del partido me vengo a enterar de que hay Español Neutro, como que fuera jabón para trastes, cacharros o trastos, que cada vez que los lavo se me cae un poco de agua y me toca pasar el trapeador, la fregona o el coleto, según a quien se lo pida, jajaja.
Se que es una insignificancia pero ya no tengo ni puñetera idea de qué manera estoy hablando. En serio, porque aunque yo creo que mi acento no ha cambiado la mayoría me dice que sí. Vamos a ver si me explico.
Llegué a España hablando como todo buen chapín, y aunque de allí si estoy seguro que no se me alteró para nada el acento si que me tuve que adaptar a los ligeros cambios en ciertas palabras, como decirle patatas a las papas, o coche al carro y no al marrano. Pero eso de la zeta pronunciada si en ningún momento se me pegó, como a muchos que a los dos meses ya pronuncian con zeta hasta “ozo”, y lejos de parecer español se oyen como imbéciles. Pero ese es otro tema.
Después llegó el turno de Venezuela, una segunda adaptación, como decirle jojoto al elote, o chayota al güisquil, o patía a la sandía. No me costó mucho porque aunque me de vergüenza decirlo, desempolvé mi vocabulario novelero y de allí rápido agarrarle la onda. Yo si vi “Leonela” y que pisados, jajaja. ¿En qué año fue eso? ¿84? ¿85? Apenas me acuerdo de la canción que decía algo así como “soooooy el ladróóóóón de tu amor…” jajajaja. Es que en ese tiempo había que ver lo que los grandes decían, jajaja.
Ahora que lo pienso lo que mas me costó fue tratar de “tu” a toda la gente, incluidos los hombres, porque en mi querida Chapinlandia hablarse de “tu” entre hombres es como de huecos o morros, o de parcha según el venezolano, jajaja. Que yo recuerde nunca he tratado de “tu” a ningún cerote, bueno a veces si, pero no de “tu” a secas, sino de “tu madre”, jajaja. Esa fue otra, explicar la gran palabra cerote, palabra versátil donde las haya, porque esa si no se me quita del vocabulario de ninguna manera. Pero volviendo a lo de “tu”, eso también implica cambiarle el acento a las palabras, porque uno está acostumbrado a decir “calláte”, “comé”, “escondéte”, “mirá”, etc., etc., etc., y todo eso cambiaría a “cállate”, “come”, “escóndete”, “mira”, así con todo, entonces se vuelve un poco enredada la cosa. Y por no entrar a las expresiones de uso diario porque no me alcanzaría el espacio de blogger para explicar “como es la vaina”.
Total, que cuando llamo a Guatemala oigo a la mara hablando raro, cuando llamo a España oigo a la mara hablando raro y aquí sigo oyendo a la mara hablando raro. Y para terminar de encachimbarme, cabrearme o arrecharme, siempre que alguien me oye hablar me pregunta si soy mexicano, a lo que yo respondo según el caso:
A. ¡Que huevos vos cerote!
B. ¿No te jode tío?
C. ¡Que arrecho pana!
Se que es una insignificancia pero ya no tengo ni puñetera idea de qué manera estoy hablando. En serio, porque aunque yo creo que mi acento no ha cambiado la mayoría me dice que sí. Vamos a ver si me explico.
Llegué a España hablando como todo buen chapín, y aunque de allí si estoy seguro que no se me alteró para nada el acento si que me tuve que adaptar a los ligeros cambios en ciertas palabras, como decirle patatas a las papas, o coche al carro y no al marrano. Pero eso de la zeta pronunciada si en ningún momento se me pegó, como a muchos que a los dos meses ya pronuncian con zeta hasta “ozo”, y lejos de parecer español se oyen como imbéciles. Pero ese es otro tema.
Después llegó el turno de Venezuela, una segunda adaptación, como decirle jojoto al elote, o chayota al güisquil, o patía a la sandía. No me costó mucho porque aunque me de vergüenza decirlo, desempolvé mi vocabulario novelero y de allí rápido agarrarle la onda. Yo si vi “Leonela” y que pisados, jajaja. ¿En qué año fue eso? ¿84? ¿85? Apenas me acuerdo de la canción que decía algo así como “soooooy el ladróóóóón de tu amor…” jajajaja. Es que en ese tiempo había que ver lo que los grandes decían, jajaja.
Ahora que lo pienso lo que mas me costó fue tratar de “tu” a toda la gente, incluidos los hombres, porque en mi querida Chapinlandia hablarse de “tu” entre hombres es como de huecos o morros, o de parcha según el venezolano, jajaja. Que yo recuerde nunca he tratado de “tu” a ningún cerote, bueno a veces si, pero no de “tu” a secas, sino de “tu madre”, jajaja. Esa fue otra, explicar la gran palabra cerote, palabra versátil donde las haya, porque esa si no se me quita del vocabulario de ninguna manera. Pero volviendo a lo de “tu”, eso también implica cambiarle el acento a las palabras, porque uno está acostumbrado a decir “calláte”, “comé”, “escondéte”, “mirá”, etc., etc., etc., y todo eso cambiaría a “cállate”, “come”, “escóndete”, “mira”, así con todo, entonces se vuelve un poco enredada la cosa. Y por no entrar a las expresiones de uso diario porque no me alcanzaría el espacio de blogger para explicar “como es la vaina”.
Total, que cuando llamo a Guatemala oigo a la mara hablando raro, cuando llamo a España oigo a la mara hablando raro y aquí sigo oyendo a la mara hablando raro. Y para terminar de encachimbarme, cabrearme o arrecharme, siempre que alguien me oye hablar me pregunta si soy mexicano, a lo que yo respondo según el caso:
A. ¡Que huevos vos cerote!
B. ¿No te jode tío?
C. ¡Que arrecho pana!
Solo dos personas me han preguntado directamente si soy de Guatemala, uno fue un hondureño que después de vivir no se cuantos años en Rusia ahora tiene no se cuantos aquí, y todavía reconoció el acento y la otra fue una chava, tía o chama que estuvo de misionera allá “por’onde yo”, jajaja. Saludos a todos