lunes, noviembre 16, 2009

DESINTOXICACIÓN.

Indiscutiblemente todos tenemos algún vicio. La gran mayoría son físicos, los menos pero mas peligrosos son mentales. Algunos son inocuos, otros muchos son muy destructivos. Algunos son cíclicos, otros son permanentes. Sean como sean están ahí y de una u otra forman nos someten, nos dominan. Algunos son conocidos y otros los mantenemos en secreto. Pero siempre están ahí.


Los más fáciles de detectar y hasta cierto punto de tratar son los vicios físicos. Hay quienes beben, hay quienes fuman, hay quienes se drogan, hay quienes apuestan, hay quienes corren, hay quienes comen, y un inmenso etc. Muchos de estos son costumbres hasta que se salen de control, y pasan a verse como un vicio. La sociedad los margina y los juzga. Sin embargo, no es de este tipo de vicios de los que trata este post.


A mi manera de ver, los vicios mas peligrosos son los mentales. Esos vicios que están en lo mas profundo de nuestra mente y hacen que sucumbamos a una fuerza auto destructora incontrolable e irracional. El campo de la mente es infinito y esa también es parte grave en estos vicios. Hagan un examen de conciencia y verán que alguno hay aunque insistamos en no verlos. En este caso la dependencia no va hacia una cierta sustancia, sino al poder de nuestra mente, un poder que no podemos, en principio, dominar.


¿A qué viene todo esto? Pues básicamente a que no hace mucho me senté en un pedazo de hielo y con la absoluta frialdad del caso acepté el mas grande y peligroso de mis vicios mentales. Uno muy ligado a la imaginación, esa maquina de construir mundos virtuales y paralelos inagotable, esa generadora de ilusiones utópicas y absolutamente irreales.


Originalmente el Ruletero fue una vía de comunicación y alguna forma de terapia. Hoy mas que nunca asume su papel de terapia. No es nada grave, no hay de que preocuparse, pero es algo que hay que combatir y dominar.


A día de hoy llevo mes y medio, día mas día menos, en pleno proceso de desintoxicación mental. Ha sido una batalla dura para ir reduciendo mis demonios internos y lograr encadenarlos de nuevo, encerrarlos y mantenerlos bajo el yugo de un auto control volátil y aun endeble, pero que a cada momento se fortalece. Mi mente me llevó a construir un mundo de ficción mientras me convencía de que era completamente posible y a cada momento crecía mi dependencia a creer en ese convencimiento, desplazando a un plano secundario todo lo demás. Me convenció que pasaría, que sería real. Mi mente me convenció de que al fin encarrilaría mi vida en el único renglón en que ha sido imposible encarrilarla. Mi mente me convenció de que al fin ella estaría a mi lado, de que al fin llenaría ese vacío en mi existencia, de que al fin podría amarla. Desafortunadamente solo fue una mala jugada de mi mente.


Es por eso que inicié ese proceso de desintoxicación mental, emocional y sobre todo personal. Me ha costado Dios y ayuda ir controlando semejante vicio. A lo largo de estos días pasados he tenido una y mil oportunidades de caer de nuevo en la tentación, de sucumbir en la auto complacencia y echar por la borda lo avanzado hasta ahora. Pero con mucho de esfuerzo y un poco de esperanza las he ido desechando una a una, paso a paso. No se puede llegar al final de la escalera sin pasar por cada uno de los escalones.


Así como el pobre desgraciado que pasa por una desintoxicación física sufre lo indecible, yo también me las he visto a palitos estos días a un nivel mental y emocional. Así como el pobre desgraciado fármaco-dependiente sufre nauseas, mareos y hasta calambres cuando le quitan la fuente de su dependencia, yo también estoy teniendo calambres en el alma, que grita en silencio pidiendo una dosis mas que calme su ansiedad. Pero la luz empieza a verse, los calambres en el alma cada vez son más débiles y esporádicos. Ya desaparecerán del todo.


La ventaja es que al ser absolutamente mi culpa, queda absolutamente en mis manos la solución, y luego de ir cambiando patrones de conducta, modificando un poco la rutina, y en definitiva haciendo esos pequeños ajustes de timón en esta nave que llamamos vida, la cosa va mejorando. Y...¿Sus vicios muchá?


Salud!!!!.

jueves, noviembre 12, 2009

Teología Electoral a falta de 2 años para las elecciones.

A estas alturas faltan prácticamente dos años para que se lleven a cabo las siguientes elecciones presidenciales. Sin embargo hay señales muy claras y muy preocupantes sobre el punto central que las definirá. Recordando un poco las elecciones pasadas, siempre ha existido un punto sobre el cual se desarrolla la contienda, polariza a los electores y que al final termina decantándose para uno u otro lado. Cuando Arzú ganó, fue casi como decir “La Capital contra el Interior”. Cuando ganó Portillo, la cosa fue ricos contra pobres. En el caso mas reciente fue la mano dura contra el pacifismo.


Desafortunadamente las próximas elecciones, y de verdad que escribo esto esperando equivocarme, se dirimirán en el campo mas irracional de nuestra sociedad. La religión. Digo que desafortunadamente porque siendo nuestra sociedad una sociedad ignorante en muchos aspectos, ganará relevancia el aspecto en el que precisamente somos mas ignorantes, llenos de complejos, prejuicios e intolerancia.


Me dio curiosidad el masivo despliegue de vallas publicitarias de algo que se llama “viva” y que está a cargo del líder de una ¿organización religiosa? de no se que credo, según me dijeron en mi casa. Nunca había oido mencionar su nombre, supongo que por los años pasados fuera pero mas que nada porque sobre lo que no me interesa no me entero. En fin, que leo hoy en el periódico que le ordenaron retirar todas las vallas, mas que nada supongo porque no estamos en un ciclo electoral y por eso hay reglas. El simple hecho de instalar esas vayas es una clara declaración de intenciones, y una de las señales alarmantes que veo a futuro. Porque no será el único me temo.


Ahora, mi intención con este post es advertirles, pedirles que estén en guardia ante la manipulación que vendrá. Surgirán personajes que llevan años construyendo su base electoral vendiendo fe y que han conseguido cegar a la gente y fanatizarla. No es la primera vez que ocurre y no será la última. Surgirán gurús que nos van a amenazar con el fuego eterno si no votamos por ellos, con todas las plagas habidas y por haber si votamos por el candidato contrario. Simplemente hay que obviarlos y limitarnos a analizar un proyecto de gobierno sin ningún aspecto emocional, y menos aun si este juega con las creencias de cada quien.


Tenemos que entender que el gobierno del país y la situación actual no puede estar ligada a la religión. No podemos seguir pensando que Dios va a arreglar la situación económica, o la inseguridad, o la corrupción. Si seguimos teniendo esa posición solo conseguiremos que el país se siga hundiendo. Para problemas prácticos e inmediatos, así deben ser las soluciones.


Tengo la impresión que este post está totalmente fuera del tiempo adecuado para él, pero luego de ver esas señales que les comentaba, no pude dejar de escribirlo. Quiero creer que soy alarmista y que dentro de dos años elegiremos desde el mas frío razonamiento, nos detendremos a considerar lo que es mejor y lo que no para Guatemala y nosotros mismos, y no nos dejaremos embaucar por una calculadora manipulación de nuestras ingenuas esperanzas de una solución sobrenatural y divina.


No digo con esto que no crean, crean en lo que les de la gana creer, simplemente que sepan separar una cosa de la otra. ¿Qué opinan?

domingo, noviembre 01, 2009

Caminando, una noche de lluvia.

Una calle en penumbra y solitaria, rota su monotonía por farolas callejeras que mas que iluminar, derramaban melancolía en un cansado y tenue chorro de luz bañando de amarillez aquel pavimento oscuro.


Débil lluvia, desgranada en gotas sueltas y perezosas, formando charcos y pequeñas corrientes sobre el río pétreo de asfalto, permitiéndole reflejar una realidad distorsionada en una simetría borrosa proyectada en aquellos espejos al óleo.


Una línea difusa e imperceptible separando la realidad de su reflejo, sin poder diferenciar los extremos de ambas y confundiendo la percepción de cualquier despistado que se aventurase en aquella silenciosa soledad, haciéndole creer que podría hundirse en uno de aquellos reflejos abstractos.


Pasos, pasos pausados y rítmicos, resonando en los rincones de la noche con ecos profundos de lentitud desesperanzada, de parsimonia indiferente, de pasos resignados a una futilidad infinita como si lo único que importara fuera seguir moviéndose y no el destino o el origen, sin ambición, sin metas, sin promesas, sin emoción.


Viento húmedo y frío que golpea lo mas profundo del alma con su desolación, con la altivez de quien se sabe libre de lo mundano, de lo coloquial, de lo intrascendente. Viento insidioso y penetrante, cubriendo con su manto gélido el último rescoldo de calor en el corazón del caminante.


Manos en los bolsillos, los brazos apretados contra el cuerpo, una chaqueta y sus solapas levantadas en un inútil intento de aislar aquel ingenuo de las inclemencias del tiempo, del viento, de la noche, de los pasos, del reflejo, de la realidad. Una introspección cuyo fin máximo es permitir seguirse moviendo, seguir avanzando y evitar que se pierda en la penumbra que prevalece en la calle, en la lluvia, en su interior.


Estoica resignación, un suspiro que se escapa involuntario mientras resuenan nuevos pasos, mientras el caminante se arrebuja entre sus ropas y en la distancia se oye el lamento de un perro desvelado.


En el cielo las nubes corren para llevar su llanto a otras partes, para fundir la realidad con su reflejo en otras calles, mientras aquel infeliz se detiene un instante, aspira profundo tratando de absorber un poco de lluvia por si desde la distancia aquellas gotas tristes pudieran traer un poco la esencia de aquella que podría salvarle, iluminarle, amarle. Y mientras contemplaba el presuroso andar de las nubes, le dedicó un pensamiento a ella. Y siguió caminando.