lunes, noviembre 27, 2006

Un cuento sin moraleja.

Aclaración: Los hechos, lugares y personajes aquí presentes son ficción y cualquier parecido con hechos, lugares y personajes reales es pura coincidencia.


¿Por qué no te venís con nosotros a Panatitlán?, le preguntó Magnolia a Osvaldo, quien contestó que casi seguro que sí, poniendo cara de duda, mientras en realidad pensaba que ni el fin del mundo le impediría ir en ese viaje con aquella chica guapa. Ok, le dijo Magnolia, te pasamos buscando con mis hermanas a tu casa dentro de dos días.

A Osvaldo le pasaron los dos días volando. Al fin allá iba en el carro de la hermana de Magnolia, Dora, camino al mencionado lugar. Por aquel entonces Dora ya era novia de Antonio, uno de los mejores amigos de Osvaldo. Pero había pelo en la sopa, porque cuando ya iban a medio camino, y pese a todas las ilusiones de Osvaldo, dice Magnolia: Espero que Rupert ya esté allí. ¿Y quien putas es Rupert? Se preguntó para sus adentros Osvaldo, seguro de que en un par de segundos se iba a enterar, y en efecto se enteró, que era un pretendiente europeo de Magnolia, quien iba emocionada a su encuentro.

Bueno, pues ya está. Solo para variar le tocaba a Osvaldo pasear su cara de imbécil por enésima vez. Al final tampoco es que importara mucho porque en Panatitlán siempre había algún amigo con el cual pasar el tiempo. La carretera se fue terminando y antes de darse cuenta ya estaban allí.

Después de buscar alojamiento y guardar las mochilas, nuestros personajes salieron a caminar. Osvaldo iba como distraído, pero se alegró al toparse de frente con Humberto, otro de sus mejores amigos, quien estaba cómodamente acostado en la acera, con la cabeza recostada en un poste del alumbrado público y sosteniendo una botella vacía de vodka. ¿La razón? Que la ingrata de la novia lo había mandado a freír monas el día de Navidad. Osvaldo y Alfredo, este último también hermano de Magnolia, se sentaron con Humberto, lo despertaron un poco y después de los saludos de rigor se tomaron unos cuantos litrines de cerveza mientras las féminas de la historia se iban a vestir para la noche de fiesta que les esperaba.

Unas horas mas tarde los dos grupos se encontraron. El pueblo ya estaba animado y en la calle todo era festejar, beber, bailar, cantar. En eso apareció el peine, el famoso europeo, medio bolo, medio mula. El grupo lo estaba pasando bien, en plena calle, hasta que el europeo tuvo la mala idea de hablar despectivamente de la capacidad de ingestión alcohólica de los allí presentes. Sus palabras fueron más o menos: “Nadie aquí puede tomar tanta cerveza como yo”. A semejante e irresponsable afirmación, Osvaldo herido en su orgullo, Alfredo dispuesto a demostrar lo contrario, y Humberto por solidario con los otros dos, aceptaron el reto.

Sin hablar mucho empezaron a circular los litrógenos de jugo de cebada, lúpulo y otros granos debidamente fermentados. Cayó Alfredo. Humberto no cayó pero escurrió bulto para irse a tocar tambores con unos que hacían la danza con las cadenas que en la punta tienen una bola de fuego. Solo Osvaldo resistía, y por un momento dudó. Pero el europeo hizo un comentario fuera de lugar, denigrante hacia Magnolia y por demás innecesario. Eso bastó para que Osvaldo sacara fuerzas de flaqueza, segundo aire y se armara de tripas, corazón y buche. No abandonó la batalla hasta que vio al rival derrotado, abatido, derrumbado, vomitado. Nuestro héroe estaba mal, se encontraba débil, pero resistió de pie para luchar un día más. A esas alturas el grupo era numeroso, debido a lo bullicioso de la competencia. Hasta el Teco, cantante del grupo La Zona, estaba allí.

En plena madrugada caminaron hasta el lago, estuvieron un rato allí y regresaron. A medio camino de vuelta una sombra en un zaguán los asustó. Era el europeo que vagaba, cual alma en pena, en busca de su hotel. Para no ser malas personas lo rescataron. Las señoritas se fueron a dormir mientras Osvaldo y Alfredo se iban a buscar otras cervezas para terminar la jornada. A la mañana siguiente se levantaron, todos bien arreglados y después de desayunar, emprendieron el regreso a la ciudad, rumbo a la cotidianeidad abrumadora de sus vidas. Osvaldo, por supuesto, solo y con un malestar etílico indescriptible.

Moraleja:
Cómo dice el título, no tiene, pero si algo sacan ustedes en claro de todo esto, no dejen de contármelo porque a mí no se me ocurrió y se me hace que mas de algo importante hay por allí que deberíamos aprender.

De momento se me ocurren un par de cosas, no a nivel de moraleja pero si interesantes como para no dejarlas pasar. Primero, la imaginación de nuestro amigo Osvaldo, que le jugó una mala pasada, aunque a quien de nosotros no se le ha ido el hilo entre la imaginación, la ilusión, la sugestión y el auto convencimiento. Segundo, nuestro héroe corrió con suerte, porque logró resistir (aunque en lo personal pienso que fue inútil su interferencia, ya que cuando las cosas deben seguir su camino, lo siguen inexorablemente), y bueno, resistió aunque pudo no lograrlo. Todo era una apuesta al final de cuentas, y si no hubiera resistido, no solo no hubiera evitado lo que quería evitar (que de todas formas creo que no evitó) sino que encima hubiera quedado de mala copa. Algo remarcable en el cuento es la fidelidad de los amigos. Allí estuvieron hasta el último momento. Pero yo creo que ya le estamos dando demasiadas vueltas al más inútil de los cuentos. Salud!!!!!

sábado, noviembre 18, 2006

SI YO FUERA SÚPER HÉROE!!!

Imaginen tener poderes de diferentes súper héroes o habilidades de personajes de cine y televisión y poder utilizarlos, pero no solo para luchar contra el mal y la injusticia como la Hormiga Atómica, no, sino tener los poderes de los buenos con la moral de los malos, para utilizarlos en lo que les de la gana, gobernar el mundo, destruir la galaxia o simplemente abusar de los compañeros del chance, engañar a la gente en la calle y cosas por el estilo. Bueno, pues si yo fuera súper héroe, más o menos elegiría los siguientes súper poderes, herramientas, accesorios y características:

Primero elegiría el dominio del lado oscuro de La Fuerza, como todo un Sith Lord, porque los Jedis tienen demasiado complejo de benefactores y limitaciones en el carácter que los hacen portarse bien. Sobre todo el control mental para ir por allí haciendo que los demás hagan lo que queremos.

Después la habilidad de volar y los ojos de rayos X de Superman. La capacidad de volar es vital, porque con el tráfico de estos días es imposible ir por la calle. Y los ojos de rayos X para una que otra actividad de espionaje contra elementos femeninos si ustedes me entienden, aunque para esto sería más útil la principal característica del Hombre Invisible. Para cuando hiciera falta algo de rapidez pero sin volar y sin carro, no nos vendría mal la agilidad de Flash, y para los seres resistentes al control mental de la Fuerza podría utilizar la telepatía de Aquaman. Siempre vendrían bien los hechizos y la varita mágica del Harry Potter por aquello de que falle todo lo demás. De los X-Men me quedo con la habilidad de manipular metales de Magneto, que siempre resulta útil si a uno le tiran cajas fuertes, yunques o similares, así no nos pasa lo del Coyote.

Para cuando sea inevitable moverse en la calle utilizaría el Batimovil, porque con un carrito como ese sería levantazón la que uno haría. Gracias al Batimovil, Batman pudo conectarse a Kim Bassinger, yo calculo que sí me consigo algo dos que tres. Mis vehículos auxiliares serían El Auto Fantástico, la camioneta de Los Magníficos, el helicóptero Lobo del Aire y un X-Wing para las misiones en el espacio. Ahora, si ya dije que podría volar, ustedes se preguntaran que para qué quiero un helicóptero y una nave espacial, fácil, estos serían para llevar a los cuates a pasear, y si no tanto a los cuates pues a los culitos*, porque habría que darle su colazo a la Mujer Maravilla, Electra, Gatúbela, She-Ra y los Ángeles de Charlie si se apuntan al purrún. Aaahhh pero eso sí, también hay que llevar a la que sale en Roger Rabbit.

En lugar de mochila llevaría el maletín de Sport Billy, de donde sacaría todo lo necesario para cada ocasión. En mi cinturón de accesorios imposible que faltaran pastillas de Chiquitolina, un Chipote Chillón y una Chicharra Paralizadora, todos ellos sacados del aguerrido Chapulín Colorado. También llevaría la espada de la Tortuga Dartagnan y el mazo del Capitán Cavernícola. Por aquello de los testigos, el Neuralizador de los Hombres de Negro serviría. Casi se me olvida, la navaja suiza de McGyver, con esa se puede hacer de todo, desde armar un avión hasta desactivar una bomba atómica, pasando por cortarse las uñas de los pies.

Además reuniría la elegancia del Pingüino, el sarcasmo del Guasón, la gracilidad del Hombre Araña, la gallardía del Quijote, la fuerza de Hulk, la velocidad de disparo de Tiro Loco McGraw, la agilidad para pegar guitarrazos del Cabazorro (alter ego de Tiro Loco), la bravura de Shaggy, el desdén de Snoopy, el arrojo del Súper Ratón, el sigilo del Elefagente Secreto, el regocijo de Mandibulín, los conocimientos musicales de Los Imposibles, el ingenio de El Acertijo, la fidelidad de Chewbacca, la pasión del Castigador, el buen humor de Hell Boy, la imaginación de Cerebro, la galantería del Zorro, la inventiva del Doctor Evil, el sex appeal de Austin Powers, la seducción del 007, el ánimo de Don Gato, el acierto de Charlie Brown, la sabiduría del Doctor Chapatín, la risa del Lindo Pulgoso, la maldad de Patán, el misticismo de DareDevil, la resistencia de Rocky, la persistencia de Terminator, el cinismo de John Maclane, lo maquiavélico del Coronel John “Hannibal” Smith, el pacifismo del señor Miyagi y el conocimiento del Doctor Emmet Brown.

Estaba pensando que sí necesitara, y solo sí necesitara en caso extremo un valiente paladín que me sirviera de compañero, elegiría una mezcla entre Pepe Trueno, Scooby Doo y el Burro de Shrek. ¿Qué tal?

¿Y SÍ USTEDES FUERAN SÚPER HÉROES?

Nota: * perdón Lú.

domingo, noviembre 12, 2006

Esos días en que es mejor no levantarse.

Mis apreciados lectores y lectoras, tengo algo que preguntarles:

¿Les ha pasado que despiertan una mañana cualquiera y en cuanto abren los ojos los invade un inexplicable positivismo, un entusiasmo desbordante, unas ganas irrefrenables, una seguridad en sí mismos sin parangón, una confianza irrefutable, una autoestima por los cielos?

¿Les ha pasado que recién levantados de la cama se asoman a la ventana y ven un día brillante, luminoso, maravilloso y en medio de una gran sonrisa están seguros de que va a ser un día genial?

¿Acaso alguna vez les ha pasado qué, como el papá de Mafalda, después de una afeitada perfecta, una ducha refrescante, un desayuno sensacional y un café estupendo, abren la puerta dispuestos a comerse el mundo?

¿Les ha pasado? En serio, ¿En alguna ocasión les ha pasado eso?

Pues si ya les ha pasado sabrán a lo que me refiero, y si no les ha pasado, tengo una seria y muy grave advertencia. Tengan la mas absoluta de las certezas de que ese día el destino, la fortuna, la suerte, el horóscopo, los oráculos, los astros, los planetas, el azar, todos esos cerotes se han puesto de acuerdo para confabular y conspirar en nuestra contra. Ese día llevaremos pintada en la cara una lacónica orden… “Chinguen a este mula hoy”, un dedo que nos señala y un letrero luminoso que dice “a este cerote muchá, chinguen a este…”

Y como la gente es muy obediente, lo hará. Como cuando los animales sienten el miedo y atacan, lo mismo, solo que en este caso serán otras personas las que percibirán que estamos destinados a que nos importunen, nos fastidien, nos metan en líos, nos revienten las pelotas con tanta estupidez acumulada en los seres humanos. Y va a dar lo mismo hagamos lo que hagamos, ese día será cagadal tras cagadal. Como dijo Murphy, el de las leyes, ese día si algo puede salir mal, va a salir no solo mal, sino peor. O algo por el estilo.

Van a encontrar el carro con una llanta pinchada o habrá algún pleito con el transporte público, van a llegar tarde al trabajo el único día del año que no podían permitírselo. Más de algo importante van a olvidar. El almuerzo les va a caer mal y cuidado si no terminan con diarrea. Algún animal del trabajo les va a quitar valiosísimo tiempo con alguna estupidez. Van a ser aguaceros cuando salgan de trabajar, la atrancasón será monumental, se enterarán que la novia los engaña o en el mejor de los casos solo los manda a freír monas.

Ese día los van a seguir los huecos, los va a parar la policía, los va a mear un chucho, los va a cagar un pájaro, los va a vomitar un bolo, en fin, ustedes comprenden el panorama.

Por eso, cuando despierten con esa vigorizante sensación, sospechen. No es normal. Ustedes se preguntarán, ¿hay antídoto? Sí, si lo hay. Levantarse lo más cínicos que puedan, con cara de perro, dispuestos a no aguantarle la más mínima mierda a nadie. Sí, de acuerdo, todos tienen una historia que contar, pero que vayan a buscar otro imbécil a quien contársela. Si tienen algo de música, realista y mejor si oscura, pónganla ese día, se los recomiendo. Es que eso es otra cosa, porque por ejemplo el cantante este Torres y su color esperanza, muchá, toda esa buena vibra y buen rollo, y positivismo y risitas y mierdas, mi sombrero, allí algo raro hay, ese cerote algo sabe que no nos han dicho, porque insisto en que no es normal. Prefiero como diría Sabina “Devuélvame mi odio y mi pasión doctor, hágame caso. Quiero volver a ser aquel payaso, con alas en los pies.” (Salud, Pirata).

Y aprovechando que hoy es un post de lo mas intransigente e intolerante, me uno y hago eco a la interrogante que hace unas semanas lanzara al aire el internacional Rafael en el Muladar: ¿Por qué putas en Guatemala hay tanto negocio pisado que se llama Eben-Ezer, como si la gente no tuviera imaginación para buscar otro nombre?

Salud!!!!!!!

lunes, noviembre 06, 2006

De Bodas y espectáculos similares...

El fin de semana pasado asistí a la celebración de un enlace matrimonial entre dos contrayentes plenos de ilusión, inmersos en un mundo de sueños, amor, esperanza en el futuro y felices hasta los huevos por dar tan importante paso. La Iglesia adornada como si la unión la fuera a celebrar el Papa en persona, un Roll Royce en la puerta, la novia preciosa eso sí, el cuate con un traje que se veía más caro que mi carro, todos los invitados de pipa y guante. En el hotel donde fue la fiesta, hay un lago artificial inmenso, y en los jardines fue la recepción, carpas blancas, una barca con velas encendidas flotaba en el lago, la orquesta, antorchas, arreglos florales, un fotógrafo en la entrada para retratar a todos los invitados, un área de chill-in, el área principal y un área de chill-out, el banquete espectacular, comida japonesa, comida italiana, comida venezolana, mesas de jamones y quesos, alcohol para llenar el lago vecino, y todo lo que se puedan imaginar.

Pero con todo eso, a sido la boda mas aburrida a la que he asistido. Bueno, reconozco que me receté mis buenos vinos y comí con ahínco, esfuerzo y dedicación, además de que andaba viendo si me conectaba a una que estaba en la misma mesa, pero a pesar de todo, no deja de ser la boda mas aburrida en la que he estado. Por la gran puta, si hubieran visto lo superficial, lo falso, lo vanidoso, es que daban ganas de darle un gran morongazo a cada uno y salir corriendo de allí.

Pero bueno, tuve suficiente tiempo para divagar sobre las otras bodas a las que he ido, y me siento orgulloso de haber estado en verdaderos derroches de felicidad. Imaginen ustedes qué voy a cambiar yo una boda caqueraza pero capaz de aburrir a las ostras, por un casamiento típico chapín, donde truena la marimba toda la noche, donde se cena tamalito de coche, donde se baila sobre pino regado por todo el salón, donde las botellas son de Venado y los invitados son auténticos. No muchá, ni loco, a ciegas elijo la boda chapina.

Y no solo por las costumbres, es que los invitados en realidad engalanan el evento. Me acuerdo de un casamiento al que fui, a mí me pareció raro al principio, pero después me contaron que las familias de los novios no se podían ni ver. La fiesta fue avanzando, las botellas fueron pasando, la música fue sonando hasta que lo que sonó fueron los pijazos, aquello se convirtió en un verdadero circo romano y empezaron a volar platos, floreros, cubiertos y todo lo que estaba a mano. La pista de baile la ocupó una turba enardecida en plena batalla campal, pero lo mejor de la noche lo obsequió una señora que en el más puro estilo de lucha libre, se hizo con una silla, la blandió por sobre su cabeza como objeto contundente y descargó tremendo talegazo en la espalda de uno de los combatientes. Le tronó el lomo al pobre compadre, aunque eso sirvió de campanazo final y después hasta se tomaron unos tragos todos juntos. De todas formas por aquello de los pleitos ajenos, en cuanto empezó el alboroto, precavido que soy, agarré mi trago y me pegué a la pared mas cercana para no perderme detalle y no recibir un mi pijazito mal intencionado.

Y vieran que me ha tocado ir a varios casamientos en el oriente del país. Había uno donde abundaba el licor, puro Venado en presentación media botella. El cuate que llevaba las medias botellas a cada mesa como que por cada una que servía se tomaba un su cerotazo porque a media fiesta ya estaba mas para allá que para acá. Ya en el clímax de la parranda y con los mariachis sonando dos individuos amigos míos tuvieron la genial idea de apostar a ver cual de los dos se tomaba media botella de ron directo de la botella más rápido que el otro. Los resultados no fueron tan geniales como la idea, pero decoraron el suelo del salón de una forma, digamos, anecdótico-vomitiva.

En otro casamiento también en oriente, allá “por ´onde yo”, ya en el after-party, es decir, siguiendo la borrachera en la tienda del pueblo después de que se terminó la fiesta. La cosa es que de pronto un amigo se sentó a mi lado, me habló un rato de lo bien que le caía mi papá que por aquel entonces recién había fallecido, nos tomamos un trago por eso y de repente, mientras aparentemente veía la botella, me dijo: “Compa, ¿me da permiso de que le pegue un buen socón a esa mierda?”, yo, seguro que se refería a tomarse un buen trago directo de la botella, le dije sin titubear que sí, que por supuesto podía darle el “buen socón a esa mierda”. Cual no sería mi sorpresa cuando “la mierda” a la que se refería era tremenda pistola que se sacó de la cintura y que después de asomarse a la ventana descargó casi por completo al aire, acompañando cada disparo con auténticos alaridos rancheros. Yo, con los oídos pitando y todavía sorprendido de los estallidos, me limité a decirle “Salud!” y me levanté para ir a buscar algo mas que tomar.

En la boda del primo me perdí casi 3 horas de la fiesta porque en la esquina hubo un choque de carros en el que se vio involucrado mi hermano y tuve que salir a manipular un poco la situación. En la boda del Oliver apostamos con el Christian a ver quien podía decir más canciones de Iron Maiden y The Beatles, sin repetir y sin inventar. En la boda del Mario, la primera, casi volteamos una banca de la iglesia por estarnos meciendo mientras el Lev decía a todo pulmón “Fuuuuck”, a media misa. En la otra boda del Mario no me acuerdo que pasara nada raro. En la boda del otro Christian, un mi cuate pasó frente a la iglesia durante la misa, uno de mis tíos que estaba afuera le dijo que me casaba yo y aquel me fue a buscar a la casa a ver si era cierto. Y una boda que ni me acuerdo de quien fue, cuando era niño, que me toco hacerla de Paje, o mejor dicho de maje, porque me pusieron un mi traje y me tocó caminar delante de la novia con una almohadita y los anillos, eso no se hace señores, es abuso infantil, y claro, como uno a esa edad no tiene mucha voz de protesta, pues le toca aguantarse y hacerlo.

Esos son solo algunos de los ejemplos que se me ocurrieron, pero díganme ustedes si no suenan mas interesantes estas bodas. Porque en la del fin de semana pasado en la mesa de la par estaba el Excelentísimo Embajador de no se donde, mas allá un Ministro de Estado, y por el otro lado un Gran Empresario, pero ni el Embajador cantó El Rey, ni el Empresario hizo disparos al aire, ni el Ministro de Estado bailó el “Jugo de Piña”. (El jugo de piña va por cortesía del Batfink). Cuéntenme alguna anécdota casamentera pues.

jueves, noviembre 02, 2006

La tienda de la cuadra.

Yo creo que todos hemos disfrutado de la tienda de la cuadra o en caso extremo la del barrio. Había una en mi cuadra que siendo yo chavito me parecía inmensa, como saturada de mil y un productos cual de ellos mas llamativo. Claro, era cuestión de perspectiva porque la tienda aun existe pero a mi ya no me parece tan grande, aunque reconozco que me sigue atrayendo, cada vez que voy a casa me cruzo la calle y voy a comprar alguna chuchería.

Bueno, la cosa es que hace unos post, alguien me ofreció una bolsa de elotitos y comentábamos con mi amiga Filistea distintas formas de ingerir estos suculentos aperitivos. En honor a dichos comentarios, se me ocurrió pensar en qué compraría a mediados de los 80´s un niño de 8 años armado con una Visa Oro en la tienda de la cuadra.

Por supuesto que empezaría pidiendo toda la tira disponible de bolsitas de Elotitos, para acompañar un suculento par de franceses con frijoles colados, o unas tortillas recién sacadas del comal. Después pediría todos los Picarones que hubieran, y junto con ellos los Nachos, los Palitos y todas las variedades de Tortrix disponibles, normales, con chile, con chicharrón (mis favoritos), con queso y unos con limón que fueron buenísimos. Seguiría con los Anillitos de Papa y las Papalinas Carimba, Arrocitos Chinos, Tocinitos y Quesitos. También pediría los Tronitos, que aunque eran dulces siempre estaban entre las demás boquitas. Los Tos-Tis y las bolsitas de Alboroto. Los Arrocitos dulces, las Cerecitas. No se me pueden olvidar los Nachos Picantes. Y para los amigos porque estos a mí nunca me gustaron, los Ricitos, las Cebollitas, las Tortillitas, y las Bolitas de Queso.

Después pediría todo el canasto de pan, sobre todo si estaba recién llevado por el panadero, que cuando entraba dejaba un olor a pan caliente que aun puedo sentirlo. Especialmente por el pan de manteca, las champurradas, los cachitos, los redondos, los royales, las hojaldras. Las tiras de franceses pero sin las esquinas, el pan-galleta y los pirujitos.

Después arrasaría con el mostrador de los dulces. Las galletas Pic-Nic, las galletas Chiquí (¿que habrá sido del par de mulitas que salían en el anuncio? por arriba, por abajo…), las spunch. No se pueden olvidar los Nougats de vainilla y de fresa con pedacitos de fruta cristalizada, los de vainilla con pedacitos de manía. Unos pastelitos Twinkies, los Pollito-Winnie, los Cofrecitos Winnie de fresa que eran buenísimos. Las Botonetas, los Quiebradientes Toffie, los chocolates Crispín, los Granada con arrocitos y para cerrar los chocolates con un broche de oro los cuatro mejores, los Popeye, los Polo, el chocolate Diablo y los Guayabitas, que los dejaron de vender por mi casa hace muchos años pero después descubrí que los estaban vendiendo en las piñaterías de la zona 1 y fue a comprar dos bolsas gigantes, jajaja. No hay que olvidar los Gajitos Sharp, las Gomitas Diana y los espectaculares chicles BubbleGum, Bazooka, Adams, Corvis, Fragans y Romy Cardamomo.

Pero como ya me dio sed, hay que pedir los Cuquitos, los Chatos, los Refrescos La Palma y los Sipis. De las aguas gaseosas, la mejor gaseosa de naranja del universo, La Naranjita, que hasta tenía el poder de hacer caminar un robot en el anuncio, aunque a mi no me funcionó cuando le eché toda una Naranjita a un radio-robot que me regalaron, es mas, no solo no caminó el cerote sino que dejó de funcionar el radio, a saber porque sería. Las BubbleUp, Squirt, Lift, Nesbbit, Grappette, Lemon Crush y el mejor refresco embotellado sin gas, Delaware Punch (igual, hubieron años que no vi esta última agua, aunque saltaba de la alegría cuando vi que la estaban vendiendo en doble litro en algunos supermercados). Pero como las bebidas en polvo no pueden faltar, el clásico Tang, los increíbles Toki y Fresqui-Top y unos botes de Imperial de Guanaba y Rosa de Jamaica, cosa que me lleva a las botellas de concentrado para fresco B&B, con esa horchatona mágica, tamarindo y mora. Yo realizado cuando al llegar al colegio destapaba mi cantimplora y estaba llena con horchata B&B.

Ah, y casi se me olvida, las pelotas plásticas para chamusquear en la calle y unos barriletes para las vacaciones.

Bueno, yo creo que con eso ya hubiera topado el crédito, jajaja. Ahora les toca a ustedes recordarme los que haya podido pasar por alto. Buen provecho.