¿Qué?
No, no, no, y no, me monto, digo, momento. Detengamos allí la cosa un segundo.
¿Por qué putas voy a tener que aceptarme como soy, asumiendo que no me gusta ser como soy? ¿Quién dice que me tengo que aceptar como soy? ¿Quién es alguien para decirles a los demás que se acepten como son?
No muchá, eso si ya me sonó a interferencia, a presión, a resignación, a conformismo. Conste, yo tampoco digo que hay que cambiar o no hay que cambiar, simplemente digo que cada quien haga lo que le ronque la gana. Pero que ya venga otro a decirte “Acéptate como eres”, nel pastel, ¿Qué chingados sabe el otro como soy?
Es que aquí entra mucha subjetividad, porque uno, a los ojos de los demás y de sus prejuicios, puede estar mal o no cumplir con ciertos estándares, pero en realidad sentirse muy bien consigo mismo. También se da el caso de que alguien puede ser el prototipo del éxito según los demás y sentirse como la viva mierda con él mismo. De todo hay en esta viña del señor. Por ejemplo, un amigo mío era exactamente como él quería ser y hacía únicamente lo que le daba la gana hacer. Pero ante los de la universidad eso era como pecado, hasta que un día me dijeron: “Vos, aquel sí está en la mierda” y les dije yo: “no, uno está en la mierda cuando no es como quiere, pero este cabrón es justamente como quiere ser”. O como dijo el Taz: “¿Pobrecitos ellos? Puta, pobrecito vos cerote”.
De todas formas si uno está contento con ser como es, entonces tampoco es que se tenga que aceptar mucho, en ese caso sería un poco contradictorio ese “acéptate como eres”, porque ya se asume que uno es así y así está bien. Para que el “Acéptate como eres” valiera de algo, habría que partir con que uno está inconforme con cómo es. Que si muy flaco, que muy gordo, que muy negro, que muy blanco, que muy feo, que muy guapo, que muy tímido, que muy chingón, que muy mula, que muy listo, que muy cabrón en el chance, que muy inepto, que qué se yo, todo lo demás también.
O como dijo Felipito el amigo de Mafalda, ¿Por qué justamente a mí tenía que tocarme ser como yo?. Pues eso mismo, pero resumiendo:
• Si usted es feliz con ser como es, pues ámese cerote, gócese, disfrútese, y llévele su regocijo a los demás, siempre con el riesgo de salir somatado por optimista.
• Si usted no es feliz con ser como es, pues no se acepte así. Pida devolución por defecto de fábrica. Si esta muy coche, adelgace. Si esta muy flaco, harte para encocharse. Si es muy tímido, chupe para perder sus inhibiciones.
• O en lugar de tratar de cambiar, termine aceptándose, si ya total qué mas da, haga lo que haga nunca ni a putas va a estar conforme con nada.
Ustedes dirán.