jueves, septiembre 28, 2006

Top Ten Chapín según yo.

Siguiendo con el tema del Rock Nacional, estaba pensando en tantas y tantas canciones que se han producido, muchas de ellas joyas permanentes en el imaginario de la música chapina.

Dándole vueltas a la idea, se me ocurrió que sería imposible hablar de la mejor canción. ¿Por qué digo que sería imposible? Porque elegir una canción requiere mucha subjetividad, nunca criterios exactos como técnica, estructura o cosas por el estilo, siempre sentimientos, sensaciones, recuerdos asociados a la canción, emotividad y similares.

Por eso, y partiendo de mi nulo conocimiento técnico de la música, basándome única y exclusivamente en toda la subjetividad del caso, en mi simple condición de fiel escucha de rock y en lo que estas canciones representan o representaron en su momento, aquí les dejo mi propio y particular Top Ten del Rock Nacional.

1. Todo GiraLos Últimos Adictos.
El primer sencillo de los Adictos. Una gran canción y una gran letra. En primerísimo lugar debido a muchas situaciones y recuerdos asociados a la canción y a la época en que la hicieron y salió al aire.

2. HoyAlux Nahual.
Una de las pocas canciones de Alux que no canta Alvaro Aguilar. Esta obra maestra es cantada por Pluvio Aguilar. Una letra sencilla pero llena de sentimiento. La primera vez que oí esta canción fue en Panajachel, para una semana santa.

3. El BluesLos Últimos Adictos.
De nuevo, mucho sentimiento en la letra pero la música es muy importante. Yo estuve presente la noche que se grabó el solo de guitarra, y bueno, prácticamente durante todas las sesiones de grabación. Buenos recuerdos.

4. Una cerveza másRadio Viejo.
Preludio para una noche de parranda o un viaje de relax y abuso alcohólico. Indiferente la música y la letra, pero los recuerdos son lo que valen, kilómetros de carreteras oscuras y litros de bebidas espirituosas con El Primo. Mamarrachoooo!!!

5. Dulces SueñosFábulas.
Una canción extraña, pero muy buena. Hay un par de situaciones que me identifican mucho con esa canción. Gran trabajo el de Fábulas.

6. 16 Malditas E.X.T.I.N.C.I.Ó.N.
Demasiada canción. La fuerza inexplicable de esta pieza maestra del rock nacional hace que reviva tremendos momentos. Una de las mejores bandas de Guatemala. Todas sus producciones eran auténticos derroches de adrenalina y descargas de euforia incontrolable.

7. AzulBohemia Suburbana.
19 de Octubre de 1996 escuché esta canción por primera vez, cuando casi nadie la había escuchado. Aun no salía al aire ni estaba en el disco. Nos la mostró Juan Carlos Barrios, guitarra de Bohemia, al Primo, a Lev Andropov y a mí, mientras nos tomábamos unas cucarachas en El Aleph, Panajachel. De allí nos fuimos al lago a decir: “De pronto estoy tirado enfrente de este lago y lejos, estoy lejos, en la montaña azul”. Desde ese día, siempre que llego al lago digo lo mismo.

8. Contra el sueloLa Tona.
Siempre fui uno de los detractores de la música de La Tona, hasta el disco El Rebotante. Y de ese disco en particular, esta tremenda canción, característica de la emotividad que le pone el Neco a sus composiciones.

9. InvisibleViernes Verde.
Otra banda que tardé mucho en aceptar. Esta canción es muy buena, con la fuerza acostumbrada de la banda, crudeza y podría decirse que ira características. Invisible, eso mismo.

10. IntrospectivaLos Últimos Adictos.
Una especie de despedida de este gran grupo. Un trip interno digno de vivir y una canción básica en la discografía guatemalteca.

Esas serían mis elecciones, apreciados lectores. Pero me quedo con la sensación de que hay demasiado material como para que todo se reduzca a un Top Ten, así que les ofrezco hacer algo para el próximo post, siempre con la subjetividad de mi propio gusto claro. Saludos a todos.

lunes, septiembre 25, 2006

Que viva el Rock Nacional!!!

Hace rato estaba pensando iniciar una serie de posts sobre los grupos de rock mas representativos de Guatemala, pero decidí no hacerlo pues no me considero un experto en el tema y a falta de conocimientos prefiero no escribir una incoherencia. A pesar de eso el Rock Nacional es muy importante para mí, así que aquí va mas o menos una memoria de cómo abandoné mis complejos de preferir únicamente lo extranjero y aprendí a vivir y disfrutar este gran movimiento del rock chapín.

Mi gusto por el rock viene desde mis primeros años, pero siempre influenciado por la música de fuera. Mi padre era fan de The Beatles, The Rolling Stones, The Birds, Creedence, The Yardbirds, The Animals y otros. Mi tío Jorge oía algo mas pesado, como Black Sabbath, Led Zeppelin, Jehtro Tull y otros por el estilo. Con esa influencia y considerando el poco impulso que lo nacional recibe, aunado a la escasez de opciones nacionales, no es de extrañar que creciera sin prestarle atención a lo nuestro y a los 4 años ya tarareara los éxitos de KISS.

Mis tías trataron de regalarme un LP de Alux Nahual allá por 1983, pero me negué a aceptarlo porque quería el disco Thriller, que era rojo y traslucido. De aquí saltamos hasta la segunda mitad de los 80´s, cuando tuvo lugar la explosión del movimiento conocido hoy como Rock en Tu Idioma, con grandes bandas, sobre todo argentinas, españolas y mexicanas. Por lo menos ya estaba en la onda en español. Había una radio, la Nueva Clase 102, especializada en este tipo de música. Enanitos Verdes, Los Prisioneros, Barón Rojo, Sangre Azul, La Unión, Dhuncan Du, Identi-Kit, Caifanes, Soda Stereo y un largo etc. Es durante estos años que tengo contacto con las primeras producciones nacionales, los temas más famosos de Alux, Fiesta Privada, Alto al fuego, Como un duende, entre muchos otros; las primeras baladas-rock de Arjona, aunque incluso hoy día no puedo con la música de este último.

Empezando los noventas y ya con unos años mas pude ir a mis primeros conciertos, sobre todo de Alux, aunque su monopolio empezaba a desaparecer. Aun así, seguía sin aceptar al resto. Recuerdo haberme burlado de Bohemia la primera vez que los vi y aunque ya sonaban muchos nombres de bandas, casi todo se reducía a presentaciones en el circuito de mañanas deportivas, kermeses y fiestas de colegios, con muy poca producción propia y mucha presencia de covers y versiones de canciones famosas.

Llegamos a finales de 1994, siendo estos dos o tres meses mas todo el año 95, el punto clave para mi identificación con el rock chapín. Mi afición por ir al Café Oro, centro neurálgico del rock chapín por aquel entonces me hizo conocer el movimiento. Además, por mi amistad con el Kid, y el primer grupo en el que aquel participó, una vez dentro del círculo de las bandas nacionales, era solo cuestión de tiempo llegar a aceptarlas y disfrutarlas. Innumerables conciertos y la labor de la desaparecida Fénix FM, hicieron que el rock chapín llegara a muchos. El patriotismo, real o escenificado, de muchas bandas también permitieron esa identificación. Creo que es a partir del 95 cuando se produce la autentica explosión del movimiento del rock nacional, siendo muy fuerte durante toda la segunda mitad de los 90´s y permaneciendo hasta hoy.

De esos años recuerdo muchísimas bandas, algunas que fueron muy importantes y que ya hoy han desaparecido, otras que su existencia fue fugaz, pero vamos a tratar de recordar a todos los que podamos y sin ningún orden en particular como siempre. Alux Nahual, Los Últimos Adictos, Stress, Bohemia Suburbana, Astaroth, Viernes Verde, Radio Viejo, Ytrium, Piedras Negras, Fábulas Áticas (después solo Fábulas), La Tona, Razones de Cambio, Pe al Cubo, Metáfora 4, Cuatro Púrpura, Viento en Contra, Disidentes, Extraña Procedencia, Guerreros del Metal, Extinción, Varela, Hongo, Metamorfosis, Surash, Conciencia Sublime, Sobrevivencia, Doña Locha, Parusía, Golpes Bajos, Influenza, Planeta Panamericana, Toba, La Tatuana, Sexo Estado, Legión, Santa Fé, Sacnum Recnum, Noctis Imbocat (estos dos últimos no estoy seguro de que se escriban así), Equinoccio, Novena Luna, Palabras Mágicas (estos nunca tocaron pero me consta que existieron), Octubre, Pusher, Dharana y muchas mas que se me escapan por ahora.

Del movimiento del Rock Nacional estoy completamente desconectado desde el 2002, por lo que no puedo opinar desde entonces hasta ahora, pero algo bueno debe haber. Algo importante a mencionar es que no hay que apoyar lo nuestro solo porque sea nuestro, sino porque además tenga calidad, de lo contrario estaríamos generando mediocridad. Muchas de las bandas que mencioné a lo mejor las escuché una sola vez, pero su grano de arena pusieron igual que todos. Ahora estando fuera, cosas que antes no podía escuchar me parecen muy buenas, talvez por la nostalgia o por la distancia, pero con el tiempo también he ganado en tolerancia, así lo justifico. Cómo diría el gran Ricardo Andrade (QEPD), “Que viva el rock nacional”, y que se haga presente “La Garra Chapina”, nombre acuñado por Viernes Verde. Yo de momento pondré algo de rock chapín para recordar viejas aventuras. Mis apreciados lectores, recuérdenme algunas de las bandas que no recuerdo, o díganme las que no conozco.

lunes, septiembre 18, 2006

Esos mis cuates muchá ! ! !

Me estaba contando un mi cuate ruso que tengo, bien derecho aquel y mero bueno para el vodka el cerotío, aunque eso sí, también le gusta el guarosky baratiev. Va, pues la cosa es que me estaba contando el Igor, así se llama aquel, Igor Dalatengo, que después de tanto buscar por estas tierras al fin había encontrado una su mujer que lo inspirara, que le trajera buenos pensamientos, que lo motivara a no echarse tanto los tragos. Entre paja y paja la historia es que conoció un su culito (perdón Lú) y terminó colgado. Que buena onda por aquel, porque si le hacía falta.

Seguimos la casaca y me contó que estaba muy ilusionado. Hasta el nombre completo de la chava me dijo, que se llama Alma Marcela Silva de Gozo. Buena onda por aquel, de veras. Lo que si me dijo es que le queda algo lejos para irla a visitar, y yo que casi no soy curioso le pregunté donde vivía, y me dijo que en la Manzana Q Lote Grande, Colonia Lomas Ticas, ya casi llegando al Lago Sarías.

Eso si, me dijo que como él no es de aquí no entendía muy bien lo que decían las señoras que se subían a la camioneta a vender comida, algo así como “¿quiere que le ponga la pechuga o le eche la pierna rey? ¿Huevo duro, se lo pelo y lo metemos en la tortilla, o le entra a la pacaya, chile relleno o chicharrón con pelos? ¿Quiere coco? Le abro el hoyo y le meto la pajilla don!!!” . Al final le explique que esa era comida del lugar y que mejor para no meterse en clavos se llevara un su par de franceses para el camino.

La cosa es que a pesar de que la visita seguido la mentada Alma Marcela quiere mas, siempre anda viendo cuando van a sembrar té, y le está insistiendo en que se casen, pero bien casados, y aquel se va a tener que convertir al catolicismo porque según dice la chava es muy piadosa. Tan piadosa que cuando se casen quiere que el que los case sea el Cardenal Gastepongo con toda la parafernalia del caso, incluido el sacristán Sacarías Blanco de la Barra. Bueno, pero tampoco es tan exigente, el vestido al menos no lo quiere de seda, sino de tela soco, y si no está el cardenal pues se conforma con el Cura Melcacho dice.

Total, que ya están en eso. Pero le dije que también se tiene que acordar del civil, y que yo le puedo presentar a un buen abogado para que los case, el doctor en leyes Rolando Eloy O. Primero. Eso sí, si el doctor no esta disponible siempre podemos ir con una mi cuata, Jessica Galindo y si no ya de perdidos con Aquiles Baeza. La cosa es que eso se arregla ya llegado el momento.

Siempre les cuento que pasa con el Igor muchá, fijo si al final se casa voy a ir con el Chinto y el Bolo a la boda, por lo que les ofreceré las impresiones de tan pintorescos personajes en un evento tan trascendente como el matricidio del Igor.

miércoles, septiembre 13, 2006

Izquierdo, Izquierdo, Izquierdo, Derecho, Izquierdo

Hoy sí, más de alguno se va a acordar de mi santa señora madre culpa de este post, pero me dieron ganas de escribirlo y aquí está publicado.

Guatemala cumple 185 años como nación “independiente”. Un término polémico. Pues el post de hoy, en cuanto a la independencia no tiene mucho que ver y aunque sé que hay muchísimas cosas importantes, del pasado, presente y futuro, como que nunca hemos sido independientes, que en lugar de independencia se puede hablar de cambio de dependencia, que los españoles, que los gringos, que los próceres, que la mamá de tarzán. Todo eso se queda de lado hoy para tocar un tema mucho más superficial. Aquí les va.

A mí si me gustaba desfilar. Ahí está. Ya lo dije. Algunos me llamaran, trabado, traumado, loco, con complejo de chafa, retrógrado. Pero a mí si me gustaba desfilar. Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero cuando me tocó hacerlo el ambiente era muy particular, llamativo, no se como describirlo.

Desde primero primaria hasta tercero básico, estudié en el Colegio de Infantes, donde entre otras cosas, destacábamos en los desfiles. Era enfermiza la cantidad de horas al año que dedicábamos a ensayar. En el Campo Marte, en el Hipódromo del Norte, en los patios del colegio. Era obligatorio así que si alguien objetaba la actividad, solo que se quebrara un brazo o algo por el estilo podía safarse.

El 14 de septiembre siempre fue interesante pues el conjunto que forman el Palacio Nacional, el Palacio Arzobispal, La Catedral, el antiguo Colegio de Infantes y los Parques Central y Centenario iluminados, junto con toda la gente que llegaba a la izada de la Bandera y los 21 cañonazos, era algo bastante especial.

El 15 de Septiembre llegábamos al colegio a las 6 de la mañana. Se hacía una última revisión de uniformes. Recibíamos los respectivos discursos y arengas para recordarnos el orgullo que sentíamos por nuestro Bicentenario Colegio y la responsabilidad para con la patria. Con el cerebro mas lavado aun, inflábamos el pecho y a esperar el momento.

Salimos por la puerta del Sagrario de Catedral. Afuera escuchábamos gritos, aplausos, ametralladoras. Muchísimos ex alumnos, padres de familia, hermanos, hermanas, novias, primas, primos, cuates, cuatas, y mucha gente ajena que también iba a vernos abarrotaba la octava calle, incluido mi viejo que en gloria esté, con mis hermanos que siempre hacían todo el recorrido. “Ya va a salir el Infantes” decía la gente. Yo iba en el cuarto pelotón de la primera compañía y recordar cómo los ex alumnos cantaron nuestro himno mientras salíamos todavía me eriza los pelos. Las ametralladoras tronaban. Entre Catedral y el Mercado Central esperamos nuestro turno. Sobre la sexta calle se veían pasar las banderas y los estandartes de las otras instituciones educativas.

A eso de la 1 de la tarde enfilamos hacia Palacio. Una imagen imborrable al llegar a la esquina de la séptima avenida, ver a tantísima gente y el Palacio a nuestra derecha. Hicimos el saludo uno frente a la tribuna presidencial y también unas formaciones de compañía antes de dar el paso a nuestras dos bandas y a la segunda compañía. Cruzamos para la sexta avenida y cambiamos a paso alemán por un par de cuadras. Atrás la banda retumbaba. Aplausos, ametralladoras y hasta insultos, para decir verdad. Llegamos a la Municipalidad, donde terminaba el desfile, pero nosotros teníamos que regresar a nuestra casa. Agarramos la séptima avenida de regreso. Confieso que ya estaba cansado, pero solo tenía doce años, así que era de entender. Cuando llegamos frente a Guatel y Correos, que siempre fue un punto importante de nuestro recorrido, los ex alumnos volvieron a cantar el himno y al grito de “Bicentenario Campeón” acompañados de más ametralladoras y porras nos vieron pasar haciendo el saludo uno y a la banda ejecutando sus mejores toques. Ya se veía el campanario de Catedral. Al fin, a eso de las 6 de la tarde llegamos a una cuadra del colegio. La gente llenaba todo espacio libre para vernos entrar. Cada pelotón ejecutó alguna formación antes de entrar. Pasamos bajo el Vértice y entramos agotados pero orgullosos. Seguían más discursos. La Banda tocaba a petición del público y se mandaba romper filas. Cumplíamos un año más con nuestro humilde homenaje a la Patria. Íbamos allí, orgullosos, presumidos, sabiéndonos los mejores, con 200 años de historia sobre nuestros hombros. Así era nuestra identificación con aquel colegio, con aquel uniforme. Hace 16 años de eso.

En fin, que no quiero polemizar sobre la conveniencia de celebrar la independencia con un desfile cívico-militar pues esa no es la intención de este post. Tanto los que estén a favor del desfile como sus detractores tienen argumentos muy válidos. Si me tocara hoy en día, seguramente no lo haría y estoy prácticamente seguro de que me opondría a que los desfiles se siguieran realizando, pero en realidad los tiempos han cambiado. Ofrezco mis disculpas si esperaban un post más socialmente responsable o serio, pero es que un cuate me mandó unas fotos del colegio y me despertó los recuerdos de aquel tiempo. Se que haberlo hecho al final resulta intrascendente y trivial en cuanto a la realidad del país y a la actualidad que vivimos, pero cuando uno tiene 12 años le importa más verse bien con un uniforme de gala y recibir uno que otro elogio que las razones por las cuales lo está haciendo o lo que está celebrando. Así que, ¿ustedes alguna vez lo hicieron? ¿Qué pensaban y piensan al respecto?
Fotografía tomada el 13 de Septiembre de 1981. Al frente las Banderas y Escoltas. Luego la Primera Compañía, ganadora ese día del concurso de maniobras de orden cerrado. Al fondo se distingue el inicio de la Banda de Guerra.
Foto cortesía de la Familia Donis.

domingo, septiembre 10, 2006

Cinco años ya.

Se cumplen cinco años del atentado a las torres gemelas. Es cierto lo que dicen por allí, que es de esos días acerca de los cuales todos recordaremos lo que estábamos haciendo cuando nos enteramos de lo que pasaba. Yo me acuerdo de todo lo de ese día. Pero ese no es el punto. Ni las razones, ni los autores, ni los motivos, ni las provocaciones.

Hoy, cuando han pasado esos cinco años solo les pido mis estimados lectores que dediquen 10 segundos de silencio interior para recordar a las almas de los inocentes.

Pero que esos diez segundos, no los utilicemos solo para ese trágico 11 de septiembre. Recordemos también a la gente que muere en Afganistán y en Irak. A la gente del Líbano, de Israel, de Irán. Recordemos a todos los que han muerto en guerras, en enfrentamientos, en atentados. Desde Alemania hasta Vietnam, desde Cuba hasta Pakistán, desde Guatemala hasta Somalia, desde España hasta la India, El Salvador, Nicaragua, Haití, Laos, Sudán, Los Balcanes, el norte, el sur, el este y el oeste.

Recordemos a los que mueren todos los días, por la violencia, por la delincuencia, por la pobreza en todo el mundo. Recordemos a los niños de Oceanía, de Europa, de África, de Asia, de América, de nuestra propia tierra. Recordemos a las víctimas de la hambruna, del Sida, de cualquier otra enfermedad.

Recordemos a los incontables inocentes que han muerto desde el inicio de los tiempos, víctimas de injusticias, ambiciones, abusos. Recordemos a todos los que han caído defendiendo sus creencias, sus hogares, sus países. Recordemos a todos los que han entregado sus vidas peleando contra un invasor.

Si les nace, eleven una oración, pero no solo por las víctimas de las que se habla en las noticias, en los periódicos, en Internet. Elévenla por las víctimas desconocidas, por las víctimas de las que no se habla, pero que siguen estando allí, a cada minuto. Y aunque las oraciones ayuden, recuerden lo que decían los guaraguau, “No, no, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”.

Paz y desanso eterno para las almas de todas la víctimas.

martes, septiembre 05, 2006

BUENAS NOCHES GUATEMALA...POR FIN NOS VEMOS LAS CARAS!!!


Corría el año de 1996 en la gran República de Guatemala. La firma de la Paz se intuía con proximidad aunque aun no se sabía la fecha concreta. El año de las olimpiadas en Atlanta. La Eurocopa se había jugado en Inglaterra y la había ganado Alemania. Se jugaba la eliminatoria a Francia 98.

El dólar estaba más o menos al 6 por 1. La cerveza Gallo en tienda aun no superaba los Q5.00. Los shucos de salchicha costaban Q2.50 y los de chorizo Q3.00. Un menú de Macdonalds grande costaba unos Q17.00 y el súper menú campero llegaba a los Q21.00. La camioneta ya costaba un quetzal. Álvaro Arzú había sido elegido para dirigir el destino de Guatemala, tomando en Enero la silla del Guacamolón.

Rumores de que Alux Nahual desaparecería. Bohemia Suburbana dominaba cada vez más el mercado. Ytrium del gran taziño y sus hermanos, Strees, Piedras Negras, Surash, ya andaban por allí La Tona y Viernes Verde, Extinción, Metamorfosis, los primeros intentos de Viento en Contra, Astaroth, Hongo, Octubre, Varela, Bufones y un largo etcétera. Blue Moon organizaba conciertos, Adrenalina empezaba a llegar a Guatemala. El Café Oro en la cima de su trayectoria con su jungla de inadaptados de los cuales orgullosamente formábamos parte (y lo seguimos haciendo pero el café ya no existe, ahora somos inadaptados en otra parte).

Era el segundo año de universidad, filosofía política, programación IV, desvelos, tareas, unos tragos con los compañeros de clase. El legendario Lev Andropov trabajaba en sistemas cerca de la pradera, programando y auditando. Yo, en una de mis mayores equivocaciones, estaba encerrado en un antro de explotación en la zona 9, defendiendo una marca de computadoras que a pesar de seguir convencido de su superioridad, hoy por mi se puede ir mucho a la mierda, pero eso es otra historia. Éramos una insignificante parte más de la maquinaria nacional.

Hasta que un día, de pronto, el anuncio en radio. Héroes del Silencio se presentarían en nuestro país. Por fin una banda real, roqueros famosos. No es que fueran un U2, o Metallica, o Iron Maiden, o AC/DC ni nada parecido, pero era a lo máximo que podíamos aspirar. En nuestra realidad no podíamos esperar más. Ya habían venido Enanitos Verdes, Maná, unos años antes Bon Jovi y aun mas atrás incluso Survivor y White Cross, sin olvidar a Santana en los 70´s, pero las condiciones de aquel año propiciaban que lo mas grande por aquel entonces fueran ellos, desde Zaragoza, España, Los Héroes del Silencio. Su gira Avalancha arrasaría con Latinoamérica.

El día elegido: sábado 14 de septiembre, un día antes de que nuestra patria cumpliera 175 años. El lugar: La plaza de toros de la zona 13. La hora: 7 de la noche. El grupo por Guatemala: Bohemia Suburbana. El precio de las entradas: Q100.00 precio general, sin distinción de ruedo o gradas. Puntos de venta: Gasolineras Shell. Aun tengo mi entrada.

Amaneció ese sábado un día espectacular, claro y soleado, unos agradables 22 grados. Eran las 9 de la mañana cuando nos reunimos con el gran Lev Andropov y la Jeannette frente al Hall, en las cercanías de la plaza de toros. Ya estaba lleno. Nos instalamos en la cola y a esperar. El ambiente era único.

A media mañana se nubló. Cerca de las 11 llegaron unos amigos. Para la tarde esperábamos al Oliver y al Fíu. Andaba la “yo te vi”. Cerca de la 1 de la tarde cayó un aguacero impresionante. Nos calamos hasta los huesos y empezamos a hundirnos en el lodo que se formó. Una cosa llevó a la otra y la guerra de lodo no tardó en comenzar. Unos se deslizaban por el suelo gritando que estaban en Woodstock. Nos lanzamos lodo entre nosotros y después participamos en la guerra de todos contra todos. Vimos gente lanzando zapatos llenos de lodo, incluso el capuchón de un sudadero arrancado por su propio dueño para tal efecto. En la confusión nos separamos de Lev Andropov y Jeannette y no nos volvimos a encontrar. Yo no los busqué y creo que Lev tampoco me buscó. En aquel entonces tenía razones para creer que querían estar solos, por lo que no hice nada por interrumpirlos. Lev, te toca confirmar o desmentir mis sospechas.

Pasó el día, circuló el alcohol, la mota, y cuanta cosa se imaginen entre el grueso de la concurrencia. La euforia creció a tal punto que se rompieron las filas, se trató de echar a tierra uno de los inflables de las radios patrocinadoras, hubieron peleas con los de seguridad y de pronto, como a las 5 de la tarde empezamos a ser arrastrados por la muchedumbre hacia el interior de la plaza. Directos al ruedo.

Se hizo de noche. No tuvimos tiempo de enfriarnos. Después de un rato de movimientos en el escenario, instalar las últimas cosas, por fin había llegado el momento.

Bohemia Suburbana subió a escena. Giovanni Pinzón, Juan Carlos Barrios y los otros. Nunca había visto ni volvería a ver a una Bohemia como la de aquella noche. Entregados por completo y apoyados al máximo por su gente. Aun hoy, cuando recuerdo ese grito de “uuuuhhhaaaaajajaaaaaa” al inicio de “Dios es Ajeno” me dan escalofríos al revivir como esas miles de gargantas lo sacamos desde el fondo del alma. Para cuando Bohemia terminó su presentación yo ya estaba agotado y con la garganta a pedazos, pero faltaba más. Aun habría de transcurrir media hora mientras los técnicos dejaban todo listo en el escenario y la gente recobraba fuerzas.

De pronto, en la oscuridad y en medio de una nube de humo empezó a cobrar forma una figura, vestida de cuero negro, con la melena suelta y que dijo “Buenas noches Guatemala, por fin nos vemos las caras”. Era Enrique Búmbury, que así daba inicio a aquellas casi dos horas de espectáculo que se quedaron en la mente de todos los que estuvimos allí. “Decadencia”, “Deshacer el mundo”, “Oración”, “Entre dos tierras”, “Sirena Varada”, “Iberia Sumergida”, “Avalancha”, “Maldito Duende” etc, etc, etc. Debo reconocer que no puedo recordar el orden del set presentado pero fueron estas y muchas otras canciones las que escuchamos aquel día. Los detalles del concierto en sí me los voy a ahorrar, porque es una experiencia que no puede ser explicada si uno no la presenció, además la apreciación siempre es subjetiva. Se puede poner el disco en vivo e imaginarse allí, pero jamás será lo mismo. Búmbury comentó en un momento del show que felicitaba a Bohemia Suburbana por su calidad y por la aceptación que tenían. En otra parte del concierto alguien en la primera fila puso algo en el escenario que Búmbury vio, levantó y se guardó en el bolsillo del pantalón. Todos creemos que eran churros de mota, jajaja.

Concluyó el concierto y salimos para volver a la realidad. Nos detuvimos en el Macdonalds de la zona nueve. Muchos habían llegado antes que nosotros por lo que no éramos los únicos zarrapastrosos con lodo hasta en el pelo. Una familia salía cuando nosotros entrábamos y pregunta la señora ¿Pero de donde vienen estos jóvenes así? Y le responde su esposo, “De un concierto mi amor”, nos ve y dice ¿Verdad?, respondemos que si. Luego pregunta ¿Desde que hora están así?, le dijimos que desde el medio día. Entonces me ve directamente y vuelve a preguntar ¿Valió la pena?, y yo le respondí de lo más sincero:

“Si, valió la pena”. Porque, la decadencia, está prohibida en nuestras jodidas mentes, por momeeeeeentos, por momentos, la caída pierde altura por momeeeeentos…

NOTA DE PRENSA: Cortesía del amigo David Delio y su blog, tenemos dos recortes de prensa del concierto, el que anunciaba el concierto, y el que lo relataba un día después. Allí se los dejo k para que los lean, aunque el de la crónica del concierto me parece que se equivoca en cuanto a con que canción empezaron, en fin, ya no estoy seguro, jajaja.
(Les prometo que mañana publico las notas de prensa porque esta mulada no quiere subir)