El domingo 22 de Enero el mundo fue testigo de un acontecimiento de suma importancia en la actualidad política, particularmente para Latinoamérica. Tomó posesión de su cargo como Presidente de Bolivia el señor Evo Morales, dirigente indígena, líder cocalero, ladrillero, trompetero, panadero, solo por mencionar algunos de sus trabajos anteriores. También fue diputado del congreso boliviano hasta que lo expulsaron bajo acusaciones de narcotraficante entre otras cosas.
Bolivia es la nación con mayor porcentaje de población indígena en toda América, siendo nosotros, Guatemala, la segunda nación en tal aspecto, considero que la elección del señor Morales cobra especial relevancia como fenómeno sociopolítico de cara a la situación actual del país.
Creo sin temor a equivocarme que lo sucedido en Bolivia es un ejemplo digno de seguirse. Es la demostración fehaciente de que la mayoría indígena puede organizarse, representarse y sobre todo elevarse al poder de una nación que le pertenece.
Tampoco se puede ignorar lo de Chile, donde en un duro golpe al “machismo ideológico latinoamericano” eligieron una mujer para dirigir los destinos de su país. A pesar de contar ya con un precedente al respecto, cuando hace unos años la señora Violeta Chamorro fue Presidente de Nicaragua, no deja de ser menos relevante la reciente elección chilena.
Considero que es un momento en el que hay que prestar muchísima atención, pues estamos a la mitad del gobierno del señor Berger y poco a poco empiezan a notarse las primeras señales de una nueva carrera electoral. Estoy seguro que no uno, sino varios candidatos, tanto hombres como mujeres, tratarán de aprovechar ambos acontecimientos para impulsar sus sueños de llegar “a la guayaba”, o como decían antes, de sentarse en el “guacamolón” (por el color verde de nuestro palacio nacional, jajaja). Es precisamente por eso que debemos estar mas atentos, para que no nos vendan una “ganga” y después resulte que su única intención era la de “quítense que ahora voy yo”.
Yo estoy de acuerdo con que se elija un presidente indígena, pero no a cualquiera. Tiene que ser uno que esté a la altura de lo que se requerirá, que es dirigir un país en crisis, inmerso en la inseguridad, con escasas o nulas oportunidades de desarrollo, con miseria, hambre, ignorancia. Tiene que ser una persona preparada para afrontar semejante desafío y no simplemente pertenecer a determinada etnia y utilizar eso como moneda de cambio para obtener votos.
Yo estoy de acuerdo con que se elija una mujer presidente, pero bajo los mismos lineamientos, capacitada, de mano dura, etc. De hecho lo que se dice por las calles es que probablemente el actual gobierno funcionaría mejor si estuviera en manos de la señora de Berger y no de su esposo.
Mis amigos, después de tantos años donde primaron los abusos, donde la regla parecía ser que un jefe de estado no durara más de dos años, donde una sucesión de golpes de estado y fraudes impidieron el desarrollo democrático de nuestro país, después de todo eso tenemos que volver a crear una cultura democrática y electoral. Nuestra falta de experiencia para participar activamente en la vida política nos ha hecho cometer varios errores de seria gravedad en el pasado, solo por citar dos ejemplos el nefasto Serrano Elías que con su diarrea cerebral y supuestos valores religiosos embaucó a todos los que votaron por él (me excluyo porque yo no tenía edad para votar en aquel entonces) y el otro desgraciado de Portillo que mejor ni seguir porque se me altera la úlcera. El punto es que debemos ser cuidadosos para que no se repita esto.
Vamos a ser bombardeados por masivas campañas de publicidad donde nos mostraran a los candidatos besando niños, abrazando ancianitos, caminando por algún sendero perdido en el monte, en el altiplano, en oriente, donde sea, pero nos van a tratar de engañar como sea y les cueste lo que les cueste. Si quien sale en la campaña es un líder adecuado para el país, alguien con credenciales válidas para el trabajo, alguien digno de respeto entonces a votar por el, sin importar que sea quiché, mam, pocomam, garífuna, chortí, ladino, moreno, amarillo, verde o rojo. Sin importar si es hombre o mujer. Sin importar si es católico, protestante, budista, judío, hinduista, ateo o lo que le de la gana.
Pero por favor, si es un payaso sin pantalones, una bestia apocalíptica que no sabe ni como se llama, un vende patrias mal nacido dispuesto a sumirnos en una crisis aun mas profunda con tal de poderse comprar una isla el muy infeliz, entonces les pido de nuevo por favor, que sin importar lo que diga o lo que haga en televisión, en mítines, en la radio o en los periódicos, no votemos por ninguno de esos “cand-idiotas”.
El señor Evo Morales dijo algo muy interesantes en al acto de toma de posesión, y es que el decía que no es momento de venganzas, no llego al gobierno para desquitarse de la oligarquía o de los opresores, no se trata de que los otros tengan miedo porque ellos llegaron al poder, no, para nada, se trata de crear unidad para ir todos en un mismo sentido, mejorar su nación. No fueron esas sus palabras pero la idea es esa, jajaja. A ver que nos depara el otro año.
Bolivia es la nación con mayor porcentaje de población indígena en toda América, siendo nosotros, Guatemala, la segunda nación en tal aspecto, considero que la elección del señor Morales cobra especial relevancia como fenómeno sociopolítico de cara a la situación actual del país.
Creo sin temor a equivocarme que lo sucedido en Bolivia es un ejemplo digno de seguirse. Es la demostración fehaciente de que la mayoría indígena puede organizarse, representarse y sobre todo elevarse al poder de una nación que le pertenece.
Tampoco se puede ignorar lo de Chile, donde en un duro golpe al “machismo ideológico latinoamericano” eligieron una mujer para dirigir los destinos de su país. A pesar de contar ya con un precedente al respecto, cuando hace unos años la señora Violeta Chamorro fue Presidente de Nicaragua, no deja de ser menos relevante la reciente elección chilena.
Considero que es un momento en el que hay que prestar muchísima atención, pues estamos a la mitad del gobierno del señor Berger y poco a poco empiezan a notarse las primeras señales de una nueva carrera electoral. Estoy seguro que no uno, sino varios candidatos, tanto hombres como mujeres, tratarán de aprovechar ambos acontecimientos para impulsar sus sueños de llegar “a la guayaba”, o como decían antes, de sentarse en el “guacamolón” (por el color verde de nuestro palacio nacional, jajaja). Es precisamente por eso que debemos estar mas atentos, para que no nos vendan una “ganga” y después resulte que su única intención era la de “quítense que ahora voy yo”.
Yo estoy de acuerdo con que se elija un presidente indígena, pero no a cualquiera. Tiene que ser uno que esté a la altura de lo que se requerirá, que es dirigir un país en crisis, inmerso en la inseguridad, con escasas o nulas oportunidades de desarrollo, con miseria, hambre, ignorancia. Tiene que ser una persona preparada para afrontar semejante desafío y no simplemente pertenecer a determinada etnia y utilizar eso como moneda de cambio para obtener votos.
Yo estoy de acuerdo con que se elija una mujer presidente, pero bajo los mismos lineamientos, capacitada, de mano dura, etc. De hecho lo que se dice por las calles es que probablemente el actual gobierno funcionaría mejor si estuviera en manos de la señora de Berger y no de su esposo.
Mis amigos, después de tantos años donde primaron los abusos, donde la regla parecía ser que un jefe de estado no durara más de dos años, donde una sucesión de golpes de estado y fraudes impidieron el desarrollo democrático de nuestro país, después de todo eso tenemos que volver a crear una cultura democrática y electoral. Nuestra falta de experiencia para participar activamente en la vida política nos ha hecho cometer varios errores de seria gravedad en el pasado, solo por citar dos ejemplos el nefasto Serrano Elías que con su diarrea cerebral y supuestos valores religiosos embaucó a todos los que votaron por él (me excluyo porque yo no tenía edad para votar en aquel entonces) y el otro desgraciado de Portillo que mejor ni seguir porque se me altera la úlcera. El punto es que debemos ser cuidadosos para que no se repita esto.
Vamos a ser bombardeados por masivas campañas de publicidad donde nos mostraran a los candidatos besando niños, abrazando ancianitos, caminando por algún sendero perdido en el monte, en el altiplano, en oriente, donde sea, pero nos van a tratar de engañar como sea y les cueste lo que les cueste. Si quien sale en la campaña es un líder adecuado para el país, alguien con credenciales válidas para el trabajo, alguien digno de respeto entonces a votar por el, sin importar que sea quiché, mam, pocomam, garífuna, chortí, ladino, moreno, amarillo, verde o rojo. Sin importar si es hombre o mujer. Sin importar si es católico, protestante, budista, judío, hinduista, ateo o lo que le de la gana.
Pero por favor, si es un payaso sin pantalones, una bestia apocalíptica que no sabe ni como se llama, un vende patrias mal nacido dispuesto a sumirnos en una crisis aun mas profunda con tal de poderse comprar una isla el muy infeliz, entonces les pido de nuevo por favor, que sin importar lo que diga o lo que haga en televisión, en mítines, en la radio o en los periódicos, no votemos por ninguno de esos “cand-idiotas”.
El señor Evo Morales dijo algo muy interesantes en al acto de toma de posesión, y es que el decía que no es momento de venganzas, no llego al gobierno para desquitarse de la oligarquía o de los opresores, no se trata de que los otros tengan miedo porque ellos llegaron al poder, no, para nada, se trata de crear unidad para ir todos en un mismo sentido, mejorar su nación. No fueron esas sus palabras pero la idea es esa, jajaja. A ver que nos depara el otro año.