lunes, junio 26, 2006

De trompos, cincos, pelotas y demás instrumentos.

“Esos si eran tiemposshhh mijito” dirían los viejitos. Nuestros juegos, juguetes y demás entretenciones cuando éramos chirices, ishtos, patojos, ichocos o similares.

Los juguetes artesanales eran de mis favoritos. Un buen trompo, a los que dedicábamos horas y más horas, hasta que éramos capaces de destruir el trompo del más cleto, o de hacer algún truco con ellos. Pero la mara como a veces es mera pilas, nos dio por jugar lo que llamaría Trompo-Xtremo, ya que no se nos ocurrió mejor idea que afilar el clavo en la punta del trompo y tratar de tirárselo a los pies de alguien, siempre había ganancia porque aunque no diera con el clavo un trompazo en el pie o la espinilla no dejaba de ser un gran putazo, sobre todo si era un trompo echo con palo de guayacán como los de oriente, que parecían de cemento los culeros. Y como olvidar el gran capirucho, que también se nos ocurrió algo interesante con él. Había que ensartar el capirucho en el palito 10 veces seguidas, pero a quien no lo lograba, los otros tenían que darle una manada en el brazo por cada vez que le hubiera hecho falta. Allá iban los cerotes con el brazo molido a trompadas.

¿Se acuerdan de los yoyos duncan muchá? Esas mierdas si eran bien tuanis, que el mariposa, que el profesional, que el neón, y no se cuantos mas. Duncan también hacía trompos pero como eran de plástico no aguantaban un buen trompazo con uno de verdad. Pues con el yo-yo también hicimos buenas muladas, cuando uno fallaba algún truco tenía que dejar dormido el yo-yo y los otros le tirábamos con los nuestros a tratar de partírselo, pero según quien fuera, previamente nos poníamos de acuerdo para no darle al yo-yo pero si a las patas del víctima, jajaja.

Pero para montar una buena chingadera no se necesitaba más que un hule y una naranja por cada participante. Ya se imaginan por donde va la casaca, así que si querían tener más municiones había que conseguir más naranjas. Todo era que el primer cerote pelara una naranja y la guerra empezaba en segundos. Y aunque no lo crean también ejecutábamos la versión Xtrema del hule, que consistía en sustituir las cáscaras de naranja por grapas, y mejor aun si eran de las grapas gruesas para pared. Meros mulitas los ishtos pisados, gracias a Dios no dejamos sin un ojo a alguien, o con tétanos por culpa de las grapas.

Para lo que era bueno era para los cincos muchá. A lo macho, tenía una mi bolsona heredada de mis tíos y morongazal más que ya eran míos o que los había ganado. ¿Se acuerdan de las señoras que se ponían en la octava calle entre novena y décima avenidas de la zona 1 a vender cincos? Había de todo tipo, tigrillos, ojos de gato, aceritos, y no se cuanta paja mas, pero el tata, o la nana mejor dicho de todos, era la chimbombona. Horas pelando las rodillas con los famosos cincos, pero si no había un lugar de tierra cerca había que parir para hacer el comix, sin dejar de tomar en cuenta las implicaciones sexuales del asunto, porque uno decía “una cuarta y hoyito mío!”, y si lo pensamos bien nos podríamos estar refiriendo a una minifalda, jajaja. Volviendo a la inocencia de los cincos, solo había que esperar el momento adecuado y se podía hacer levantazón de cuanto cinco estuviera descuidado en el suelo, digo, para ampliar la colección.

Y acordándome ya de los juegos de grupo, había también de todo tipo. El clásico Escondite, aunque siempre había un pisado al que nadie buscaba porque caía mal, eso debe traumar a la mara supongo, pero como en aquel tiempo nos pelaba, ahora también, jajaja. ¿A ustedes sí los encontraban? Piénsenlo porque a lo mejor no era porque fuera muy bueno su escondrijo. Tenta, si tenta, pero tentadera cuando uno jugaba con las chavas, que en mi caso no era muy seguido porque en mi cuadra no habían, solo cuando iba a otros lados como la colonia donde vivía el primo o al pueblo del abuelo, lo que me recuerda Placa Policía, o el Un, Dos, Tres Chiviri cuarta por mi y por todos, que aun hoy en día sigo sin comprender muy bien como se jugaban. Pero el rey de los juegos mixtos era el ArrancaCebolla, eso sí, había que asegurarse que tanto adelante como atrás de uno quedara una chava, porque si no se podían dar situaciones incómodas y mas de algún cerote todavía ha de batear a la zurda por culpa de eso. Casi se me olvida, Matado, donde uno agarraba con saña, alevosía, ventaja y en despoblado al pisadito que le cayera mal, y le rempujaba un pelotazo capaz de dejarlo cholco.

Con mi primo del alma también pasábamos horas con nuestras chingaderas en la calle. Enfrente de la casa de aquel hay un túmulo y lo usábamos de net para jugar PingPongPie, jajaja, pero daba un dominio del balón incomparable. En el garage de aquel jugábamos “Saliditas”, donde uno era el delantero y el otro el portero. Uno se ponía en cada extremo del garage y al hacer la seña o el chiflido salíamos corriendo hacia el otro. El portero se barría y el delantero tenía que tratar de meter el gol y esquivar al otro cerote que venía decidido a levantarlo hasta el techo de la casa del putazo que le iba a pegar. Cada 5 tiros había cambio de puesto. Otra entretención famosa era el TocaTimbre, y salir corriendo. Que gana de quitarle el tiempo a la gente, jajaja. Y la versión Xtrema era el ChingaTimbre, solo que allí si llevamos mas de algún buen agarrón de la electricidad, jajaja. Un cuate, mero vándalo el pisado nos enseño como romper bombillas sin dejar chayes, poniendo una palangana bajo la susodicha bombilla y moviéndola hacia un lado. Y que los gatos cerotes se cuidaran cada vez que caía en nuestras manos alguna pistola o rifle de balines. Una vez que si estábamos aburridos inundamos la sala de la casa de aquel porque en el patio encontramos la punta de una manguera enterrada y como queríamos saber para donde iba a los mulitas no se les ocurrió mejor cosa que ponerle la punta de la manguera que sí estaba conectada al chorro, para ver donde salía el agua, sin contar con que la que estaba enterrada no era una manguera técnicamente hablando, era un ducto por donde iban a meter el cable y tenía la salida en plena sala. Mi tía y mi mamá se enojaron pero salimos corriendo y regresamos cuando ya se les había pasado.

En cuanto a los juegos de equipo por mi casa se podía jugar de todo en la calle. A veces solo éramos 2 dándole patadas a la pelota, jugando tiritos a la portería, claro, hasta que alguno presa de la emoción del momento quería meter un golazo y lo que conseguía era trabar la pelota en alguna casa. Partiditos, chamuscas, paritos, de todo lo que un balón de fútbol permitiera. Casi siempre con una pelota vieja, a veces con una de plástico, en ocasiones pinchada, pero cuando teníamos suerte una flamante pelota número 5 de cuero y bien inflada. Nos creíamos Platini, el Buitre, Careca, Rummenigge, Dasayev, JeanMarie Paff, el Toto Schilacci, Dunga, Valdano, Rossi, y hasta Ricardo Jerez Hidalgo, Pichinini, el Flaco Chacón, Hermenegildo Pep Castro, Víctor Hugo Monzón o Félix La Polilla Macdonald, que pisados.

Aparte, en cuanto llegaba octubre, empezaba a soplar ese airecito frío de fin de año y se acercaba la serie mundial, pues mi cuadra dejaba de ser el Santiago Bernabéu y se convertía en el Yankee Stadium. Un par de guantes, un bate fabricado por mi abuelo y pelotas de calcetín rellenas de periódico mojado y con eso teníamos para disfrutar increíblemente. Mi abuela Naya pasaba horas haciéndonos pelotas, porque el porcentaje de pérdidas era bastante alto. Cuando era día de suerte caía en nuestras manos una pelota de tennis y el partido duraba hasta que la pelota se perdiera o no se viera. Darryl Strawberry, Gary Carter, Ozzie Smith, Kirby Pockett, Cal Ripken, George Brett, José Canseco, son solo algunos de los peloteros que encarnamos en nuestras jornadas beisboleras. A veces hasta jugábamos contra equipos de otras cuadras. El saldo de vidrios rotos nunca fue muy alto pero igual nos odiaban los vecinos, hasta hoy no se muy bien por qué.

Apenas terminando la serie mundial la cuadra se transformaba en un velódromo, donde emulábamos (que no tiene que ver con mulas) las hazañas de Edin Roberto Nova (QEPD), Rolando Ovando, Patarrollo y compañía, pensando en las etapas de, como diría MACOR, “el máximo evento deportivo del año, la vuelta ciclística a Guatemala”. No había bicicletas para todos pero allí nos las arreglábamos. Carreritas, guanaquitas, acrobacias y peripecias de todo tipo, que casi siempre terminaban en raspones, golpes y moretones, como la vez que el legendario Monchichí se estrelló contra el portón de Doña Toya, la señora de la esquina. Culpa del Blvd. Los Próceres, que cuando lo construyeron todo el lado que da a mi cuadra estuvo cerrado un buen tiempo y nos sirvió de pista de carreras. Lo malo es que no calculábamos la curva al entrar a la cuadra y como veníamos en bajadita eran de regular magnitud los estrellones contra el portón mencionado.

Hasta barriletes volábamos en la cuadra. Agarramos práctica para evitar el cableado que había, eléctrico, telefónico, cable, etc. Al principio costaba pero después se elevaban fácil los famosos barriletes y por suerte no salió ningún electrocutado. Por cierto, donde hoy está el centro comercial de la pradera era un campo grandísimo que nos sirvió para jugar de todo. Pero el progreso suele cagarla y nos quedamos sin campo.

Eran otros tiempos, para nosotros fueron buenos. No entendíamos ni mierda de lo que pasaba en el mundo pero tampoco nos importaba. Lo que queríamos era jugar. Con tapitas hacíamos estrellas ninja, las porterías para el fut eran dos piedras, las bases para el baseball se marcaban con un pedazo de block en plena banqueta. Daba igual, pues lo disfrutábamos de todas formas. Lo importante era entrar a la casa, con tierra de pies a cabeza, mejor si con algún raspón como herida de guerra, cansados y ver un rato de tele, sin preocuparse de nada. Que tiempos aquellos, antes de los videojuegos y del Internet. Y eso que yo tuve Atari 2600, no pirir, la mera onda en resolución de video, y también era bueno para esa mierda, Missile Commad, Tank, Frogger, Asteroids, etc.etc.etc. Fuimos buenos ishtos, y alegres los pisaditos.

Ustedes ¿cómo jugaban cuando chirices? ¿Cuál era su juguete favorito?

P.D. Y también teníamos barranco cerca, así que las aventuras se multiplicaban, pero las historias del barranco serán para otro día o para los comentarios porque ya el post quedó bastante grandecito. Salud!!!!

14 comentarios:

Unknown dijo...

Ja entretenido ser patojo(pero tambien es milagro haber salido casi sano y casi salvo de esa epoca(jeje)).
Y ya que preguntas de juegos de chirises, te cuento, lo mejor era jugar escondite en bicicleta, te llevaba la gran puta para la hora de buscar, tirabamos una lata de esas de jugos Kern,s la haciamos mierda hasta dejarla plana, plana, y la tirabamos a la escquina. Era un solo vergueo, cuando encontrabas a un serote era cosa de que uno de los dos se iba a hacer mierda, todavia recuerdo a un serote que le deciamos "centavito"(jaja pobre serote), se quebro la munieca, se le aflojaron como tres dientes, y con la cara repleta de tierra, puta el serote jamas aparecio de nuevo...
Bueno ya se me alargo, y no creo que te guste larga, asi que vuelvo al rato.

Anónimo dijo...

aaaaaaaa los patojos... buena epoca... solo por la chingadera me gustaria regresar jaja

en mi cuadra si habian patojas fijate vos mi hermana y sus cuatas a la puta la chingadera cuando armabamos la chamusca q no las incluiamos... una vez las pusimos a jugar fut OH TREMENDO ERROR... jajajaja

parabamos jugando matado para meterle un morongazo a la odiosita o para quedar en el equipo "de la chulita" y si no el inevitable quikbol para q las patojas jugaran...
la mejor epoca era diciembre cuando habia polvora en el ambiente y todo agarraba fuego jajaja y de paso te podias hechar un tu par de jalones de cigarro para sentirte "macho" jaja no me acuerdo cuantas cosas volaron desde el techo de mi casa pero incluian GIJoes desechos avioncitos de papel con propulsion, hasta alguna munieca de mi hermana creo q se intento llegar a la estratosfera jajaja nada se elevo mas de 2 metros y el morongazo en la lamina acompaniado de un polillal en la casa era clasico para q mi mama hiciera q desistiera de mi simulacion de Cabo Cañaberal jajaja mi juguete favorito... el balon de fut sin duda alguna!

salu2

Andy dijo...

Que onda Perro Iluso, en efecto fue un milagro que salieramos "prácticamente" intactos con el calibre de muladas que se nos ocurrían, jajaja, y la idea de las olimpiadas está buena pero la verdad es que yo no les pongo mucho coco a ellas, entonces como que no muy llevo registro memográfico de lo que va pasando con ellas...Solo me acuerdo de la canción del siete para seul 88.. "Televisiete y la selección, a corea se van a ir, de la mano de la afición, que se entrega de corazón..." jajajaja.

Vos sirgt, como se me fue a olvidar diciembre y los consabidos artefactos explosivos, buena onda por recordarmelos...Nunca trataste de reventar un tragante a punta de bomba? Ahhh, pero me acabo de acordar de la versión Xtrema de la honda, en lugar de usar piedras como munición, ponías en la honda una bomba de ametralladora, te la encendían ya con el hule estirado y la dejabas ir, eso si, tenías que ser bueno con la honda porque si no corrías el riesgo de ir a dar a la emergencia del roosevelt, jajaja. Y el kick ball, también me lo mencionaron pero se me olvidó ponerlo, jajaja.

Anónimo dijo...

ahora esta mas bonito tu blog, me costaba leerlo mucho con el fondo negro. Saludos, Mildred

Anónimo dijo...

EStá chilero el nuevo diseño, se puede leer mejor.

Las señoras de la octava calle todavía las miro por ahí.

Andy dijo...

Hola Mildred, gracias por el comentario y por aquí te espero.

José Joaquín, como estás? Fijate vos que hace tiempo quería quitarle lo negro al diseño pero entre que no muy puedo y me falta tiempo, hasta ahora pude.

Hace años que no paso por la octava calle, y menos a pie, jajaja, pero cuando vaya por Guate me voy a dar una mi vueltona a ver si compro una mi nueva colección de cincos, porque de aquí a que me los gane ya sabés cuando, jajaja.

Saludos a todos.

Rex Mamey dijo...

Mi primer inolvidable juguete fue una almohada que me regaló mi abuelita, fijate vos, como me chupé el pulgar hasta no se cuántos años, dedo y almohada se complementaban bien. En fin, voy a tener a bien agregar algunos "divertimentos" a tu extenso y acertado prontuario de la patojada guatemalteca (en mi caso diría, mulamalteca, pero esa es otra historia)... Pero seré breve, porque YO la verdá, crecí en la calle y en casas que no eran mis casas y si te contara todas las ondas que hice (algunas "precoces"), nunca acabo!!!

A la versión 'hule-cáscarita' cítrica nosotros le agregábamos la super versión 'hule-cuete doblado', para empezarnos a acostumbrar a un ambiente más bandálico. También estában las 'guerras de naranjas' en los sitios de nuestras casas, en las cuales el que tuviera pulso, la hacía. A los 'cincos' le agregábamos la matatuza cuando ya mascados nos dábamos cuenta que habíamos perdido demasiados cincos y era momento de recuperarlos, como fuera.

También estaba el mítico 'Policías y ladrones' (hoy llevado a la gran pantalla en nuestro querido terruño, a diario) y la 'Agarradera', que como vos decís, siempre era mejor que hubieran 'cuchillos', para ver si salía algo, o al menos una metidita de mano.

Los demás juegos de mi patojez, por haber crecido en un ámbito más rural y no citadino, me los reservaré para otra ocasión, ¿oíste?

Un abrazo!

(si se me ocurre algo, regreso)

Anónimo dijo...

Ala manito.. que te pasa... se te olvidó el clásico triciclo .. como olvidar ese artefacto azul metálicos que teníamos era lo máximo. Señores lectores como nunca me dejaba manejarlo, tenía que hacerle ganas subiendo atrás para que me llevara.. pero como siempre buscaba que daño hacerme.. o daba la vuelta muy rápido o frenaba pa dejarme tirada!

Y también se te olvidó el biwheel.. espero que así se escriba! Pero que bonita esa época.. es una lástima que ahora todo sea electrónico!

Saludos!

Andy dijo...

Que onda Rafael, fijate vos que allá por onde yo, jugabamos guerras de tomate shuco cuando algún camión regresaba de la terminal sin venderlo todo. O guerra de morros, y no es que tuviera nada que ver con que mas de alguno si que era morral, pero si conoces los morros, cuando estan verdes parecen pelotas de baseball los culeros, un morrazo bien dado en una pata y con todo y dientes ibas a dar al suelo vos, y como jugabamos en los alrededores de algún corral, si tenías mala pata ibas a enterrar la geta en un pastel de estomago de vaca.

Manita, manita, lo del triciclo era buenísimo, por allá volabas a la mierda en una medio curva que agarrar rápido, jajajaja. Pobrecita mi manita, pero era con querer queriendo, jajaja.

El "BigWheel", que debe su nombre a la llantota que llevaba adelante tambien era buenísimo, sobre todo en la bajadita de la esquina.

Sabés de que me estaba acordando, del día que jugando fut vos andabas en el triciclo y el haroldo pegó un gran chintazo y la pelota fue directa a tu cara, jajaja. Te hizo regresada como media cuadra y el triciclo con las llantas para arriba, jajaja.

Anónimo dijo...

Si serás de grosero-busivo! Que chiquito moretón el que me gané esa vez!

Pero me desquité con la madreada que te pegaron cuando me botaste de la bici! jajaja (Aunque igual.. también en ese accidente sufrí yo las consecuencias! )

Abrazos,

elpatojo dijo...

Buenísimos recuerdos. Ahora que reflexiono, de haber seguido en aquellas actividades hoy sería un marero -así sin eufemismos-; nos la pasábamos inventando todo tipo de armas para tirar clavos y piedras. Las barranqueadas eran increíbles, y hasta tiempo nos tomábamos para subir y bajar. Nos forzábamos a tirarnos de terrazas por aquello de que nos siguieran algún día. Y del bautizo para entrar a la pandilla, ni te cuento que me meten al bote, ja!

Lo mejor de todo, eso sí, los cuchillitos!

Abrazotes maestro.

Andy dijo...

Vos patojo, yo si no llegué a las grandes ligas pero mas de alguna buena mulada si que hice, jajaja. Por suerte lo podés comentar con tranquilidad y no desde el otro bando.

Saludos mano, y la verdad la única vez que me traté de tirar de una terraza la verdad me faltaron bolas para lanzarme, jajaja.

lu! dijo...

uff mis juegos ahhh que recuerdos, eso de los tocatimbres jaja no faltaba el taza que lo hacia pa fregar a alguien que no corria rapido y bien cachado... o los "arpones" (asi les pusimos nosotros) q consistian en una "pajia" (osea esa cosa con la que uno toma agua) y cun gancho sandino (de akellos negritos a los que uno les kita las pelotitas de arriba) deplano los dejabamos buen puntudos, con hule y a jugar, eso si era peligroso por eso solo estaba permintido apuntales a arboles y llantas jaja!

ahhh la famosa culebrita (sin mal pensar) en el que al ultimo se lo llevaba la ching... juro que si! (yo vole por los aires una vez ahh que buena raspada la que me di)

en fin gracias Andy por escribir este post!

Andy dijo...

Hola Lu, gracias a vos por la visita, aunque según creo por tu comentario en el post anterior, a vos no hace mucho que se te acabaron estos juegos? jajaja, a huevos los ganchos sandinos, no me acordaba de ellos, pero nosotros si de bestias nos los tirabamos a las patas, siempre se los andaba robando a mi abuelita que era la que mantenía su buen cargamento de ganchos.

Saludos.