jueves, mayo 31, 2007

Historias de Ruletero II. En la mente del Don.

HISTORIAS DE RULETERO I.


- Gracias patojo, y ojala que la encuentre puessss…..

Ve, patojo baboso por bajarse corriendo ya no me oyó, ojala que le vaya bien al tarugo este, yo si le deseo que la encuentre. Como es de a huevo ser patojo, el mundo entero bien jodido pero allí va uno pensando que solo uno existe, igual que este totoreco que lo único que le interesa es que la patoja le diga que sí, y de plano que ni ha pensado en lo que le va a tocar para mantener una familia, con la que sea, si esta le dice que sí o con cualquier otra.

Aaahh, patojo atarantado, me recordó mis tiempos, que buenas épocas aquellas, solo que yo no me fui buscando a la patoja, sino que me fui huyendo de la desesperación por culpa de la que me dijo que no. Como es uno de mula cuando se enamora, y mas si se enamora patojo, no le ve la luz a nada, por cualquier muladita se le viene encima el mundo.

Y… ¿Qué habrá sido de aquella? Porque sí de verdad que nunca la volví a ver, a lo macho que me falto valor para buscarla cuando regresé, aunque fuera solo para verla y saber que estaba bien. Ojala se haya encontrado un su buen mariachi porque al final de cuentas se lo merecía, mala patoja no es que fuera si su único defecto fue que no me quiso a mí, aaahhh jajajaja, me cago de la risa, que a estas alturas del partido y ya de viejo me venga a acordar todavía de lo mismo, culpa del patojo tarugo ese. ¡Que huevos! Y ahora que lo pienso, ¿qué sería de mí si no me hubiera ido? A lo mejor hubiera terminado la carrera y estuviera mejor parado y no como ahorita que ya con mis años haciéndole huevos en la oficina como auxiliar de conta y aguantando un jefe 20 años mas joven. Pero ni modo, hay que arrepentirse de lo que no se hace y no de lo que si se hizo. La verdad es que a como están las cosas hay que agradecerle a Dios por el chancecito que hay.

Que tráfico el que hay, fuera de pajas que ya no se puede andar por el centro. Ojala que se apure esta cosa, no quiero llegar tarde al brete.

…tip tiri ti tip tiri tip ti tiri tip, tup turu tup… Que buena era esa canción de la señora Robinson…. And here’s for you mrs. Robinson, Jesus loves you more than you will know, wow wow wow, hey, hey, hey…

A la gran chucha, no me acordaba que hoy empiezan los gringos esos que trajeron los del chance para hacer la reingeniería esa que le dicen, a ver a cuanta mara despiden, ojala que no me toque a mí, pero la verdad a saber, que jodidos, peor que todos necesitan el chance, pero bueno, lo que tenga que ser será. Yo voy a hacer mi trabajo como siempre y a ver que pasa. Bueno, al menos ya llegué.

- En la parada porfa

HISTORIAS DE RULETERO I.

domingo, mayo 27, 2007

Insomnio.

Mi primer contacto con el insomnio, un insomnio fabricado, presente a la fuerza, se remonta a principios y mediados de la década pasada. Digo que un insomnio fabricado pues no llegó por su voluntad, lo inducía mi propia inestabilidad mental, mi atropello de ideas inconexas, mi capacidad fantasiosa para inventar mundos alternos, reales en mi cabeza pero ajenos para los demás. De esa etapa recuerdo madrugadas enteras en el patio de casa, sentado en una pila vacía y viendo el cielo. Este pudo ser un insomnio idealizado, pues me forzaba a mantener la conciencia para seguir imaginando cosas que jamás ocurrirían. Terminé por superarlo.

Luego llegó el insomnio institucional. Había que mantenerse despierto para poder hacer cosas que no alcanzaban a ser hechas en el día. A falta de tiempo, restaba horas de sueño. Ningún problema, y manejable sin llegar a los extremos. Interesantes experimentos los de esas noches en vela. Terminé por superarlo.

Con los años llegó el insomnio existencial, aquel que nos mantiene despiertos tratando de entender el cómo y el por qué de nuestros aparentemente vanos esfuerzos. Este llegó acompañado de golpes de realidad y responsabilidad. Minutos y minutos de aquellas madrugadas destinados a buscar soluciones a problemas que ni siquiera se habían presentado aun, pero que con total seguridad llegarían. Ríos de silencio y de penumbra. Terminé por superarlo.

La distancia agota y el agotamiento permite dormir. Unos cuantos años lejos del insomnio, sin pensar en él, sin vivirlo.

Ahora, de nuevo esta aquí. Después de varios años el insomnio ha regresado. Vuelve con fuerza, con madurez. Es un insomnio mas elaborado, más técnico, mas completo. Es aquel insomnio para el cual no se encuentra excusa, no se razona, no se justifica pero aun así no puede obviarse. Una cadena de noches interminables, en silencio, en penumbra, cortinas ineficaces, almohadas incomodas, respiraciones pausadas, rítmicas. Los ojos abiertos acostumbrados a las sombras familiares de una habitación cada vez más extraña, a las irregularidades del techo, a cada grieta y rendija que se magnifica en los momentos previos a la luz. Horas de soledad y contemplación. A estas alturas las fantasías, los mundos alternos, las ocupaciones extemporáneas, las soluciones esquivas, han quedado atrás. Ahora es el vacío y su silencio lo que atormenta las noches de vigilia. Supongo se deberá a infinidad de razones entrelazadas. Yo qué se. A lo mejor terminaré por superarlo.

De momento parece que amanece otra vez. Se ha ido la noche.

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P.D: Con este post llega el Ruletero a los 150 Posts. Hay les aviso vuando vayamos llegando a los 200. Saludos a todos.

jueves, mayo 24, 2007

Viernes Verde y sus 14 años.

Se dice fácil, pero no cualquiera lo puede afirmar. Viernes Verde, una de las bandas insignia del Rock Nacional y los creadores del término “Garra Chapina”, alcanzan en estos días su décimo cuarto aniversario, que será celebrado el sábado con un concierto en la Bodeguita del Centro.

Quiero desde aquí enviar un gran saludo a Viernes Verde y a sus integrantes.

Yo siempre fui uno de los detractores de la música de Viernes Verde. Tardé años en verlos en concierto. Creo que la primera vez que los vi en vivo fue para la presentación de uno de sus discos en el Teatro al Aire Libre y yo estaba allí porque andaba con los Adictos. A partir de entonces y considerando que se hicieron incontables conciertos de las dos bandas juntas, aprendí a apreciar un poco mas el “Rock Verde” como Omar dijo alguna vez. Y cortesía de las innumerables chamuscas en Futeca organizadas por el Taz, nos terminamos volviendo cuates.

Fue hasta mi partida de Guatemala que la distancia me provocó nostalgia por todo lo chapín y cuando un amigo viajó a Madrid donde yo vivía en aquel entonces, pedí que me llevaran todo lo que pudieran de Rock Nacional. Fue cuando empecé a escuchar con más atención las obras de Omar, Guille y compañía.

No es mucho lo que conozco pues al final de cuentas reconozco que la mayoría de sus canciones no me gustan, pero hay creaciones muy buenas y auténticos íconos dentro del Rock Chapín. A mi gusto particular, podría mencionar “La utopía del niño de bronce”, “Colores”, “Invisible”, “Siento que no siento” y las clásicas “la seis…” y “Estadío”. Pero mis gustos son lo de menos en este caso.

Algo remarcable de Viernes Verde es la fidelidad de su público. No conozco ninguna banda de Guatemala que tenga seguidores más constantes y fieles que Viernes Verde. De acuerdo, Bohemia a lo mejor tenía mas, Alux los tenía de todas las edades, pero un público tan entregado como el de Viernes Verde no lo encontrarán en Guatemala. Se presenten donde se presenten, jamás faltarán sus seguidores. Observen y verán.

Hago patente desde aquí una gran felicitación para esta banda y expreso mis mejores deseos porque en un futuro no muy lejano puedan saltar a horizontes mas grandes, o que se cumpla lo que sea que quieran que se les cumpla.

Desconozco la alineación actual de Viernes Verde, pero vaya desde aquí un sincero “Salud muchá” a todos los que recuerdo que en algún momento han sido parte de esta banda, desde sus líderes Omar Méndez y Guille, pasando por Francisco Marroquín “El Toki”, Mario Villanueva, Baldetti, “Pepito” Saavedra, el Espaderos que también tocó con ellos, el primer bajista que no me acuerdo del nombre y cualquiera que haya estado relacionado con esa historia.

Y que viva el Rock nacional, qué pisados!!!!!

domingo, mayo 20, 2007

Caigo.

Siento cómo el suelo se abre a mis pies, intuyo antes que ver el abismo que me absorberá hacia la nada. Adivino el infinito espacio que me espera, que será testigo de mi caída, de mi abandono.

Caigo en la oscuridad, en el frío, en la realidad. Y ya no veo el abismo, simplemente caigo. No veo el principio, no veo el fin. Se que existo porque estoy cayendo y se que caigo porque el pensamiento me lo dice.

En un último y postrer arrebato de cólera intento salvarme, intento frenar la caída, pero no logro aferrarme a nada, solo hay gritos hirientes y no estoy seguro si son míos. Debe ser un sueño pero aun así caigo.

Me detengo. La caída ha terminado aunque no veo el fondo del abismo. Abro los ojos y veo la claridad habitual de la mañana. Bajo de mi cama, confiado seguro de que todo fue un sueño, y caigo, caigo implacablemente al abismo oscuro e infinito de la realidad. Caigo al vacío que se abre a mis pies. Ahora se que es real. Ahora se que no podré detener la caída. Y caigo.

lunes, mayo 14, 2007

Leyendas, Aparecidos, Costumbres y Supersticiones de la Tradición Oral de Guatemala. (Tercera Parte y FINAL)

A partir de estas leyendas mencionadas anteriormente se han generado distintas versiones, con los matices propios de la región que las narra. Hay detalles que cambian de un sitio a otro. Hay muchas historias distintas que relatan el mismo evento.

Por ejemplo la historia del trabajador de una funeraria que tenía que llevar el cuerpo al pueblo donde lo iban a velar, le agarró la noche en el camino, en una carretera solitaria y para terminar de complicarlo, el carro pinchó llanta. Mientras estaba cambiándola en aquella oscura soledad venía caminando por la orilla del camino un señor muy amable que se detuvo a ayudarle, hablaron un buen rato mientras cambiaban la llanta y que siguió su andar por la carretera una vez estuvo listo el vehículo. El trabajador muy agradecido con la ayuda del samaritano, se despidió y un par de horas después llegó a su destino, donde los deudos recibieron los restos del familiar e invitaron al trabajador de la funeraria a que tomara un café. Antes de irse, el pobre trabajador se acercó al féretro abierto, en parte por curiosidad y en parte por costumbre y cual no sería su sorpresa cuando al ver que la persona que le ayudó en la soledad de la carretera era el mismísimo difunto. Dicen que el pobre tipo terminó perdiendo la razón.

Esa historia podría emparejarse con la del taxista en Jueves Santo. De todos es sabida la tradición de visitar Siete Sagrarios el Jueves Santo. Mucha gente aun lo hace, sobre todo por la noche. Este señor, dirigiéndose a su casa después de un día de duro trabajo, ve a una joven que le hace señas para que se detenga. La joven, muy bonita según dicen, le pide que la lleve a visitar los Sagrarios, y le indica las siete Iglesias a las que quiere que la lleve. Al finalizar el recorrido la señorita se disculpa porque no encuentra el dinero para pagar. Eran otros tiempos y el taxista le cree. Ella le da la dirección de su casa y que pase a la mañana siguiente a primera hora que allí le pagará, pero que ahora la deje allí mismo porque tiene que visitar a unos familiares. El taxista no se da cuenta de que está en la esquina del Cementerio General. A la mañana siguiente va a la dirección indicada, una señora mayor le abre y le dice que se equivoca, pues ella no tiene ninguna hija. El pobre hombre aquel ve un retrato de la joven y le dice que se trata de ella. La señora indignada ante la broma le dice al taxista que respete a los muertos, que ella era su hija, fallecida siete años antes en una Semana Santa como aquella.

Les pasó lo mismo a unos albañiles en el Cementerio General, preparando un nicho para un entierro. Un señor pasaba y se quedó a verlos trabajar. Hablaron con él, hasta se tomaron un trago porque ya era cerca del medio día y el cuerpo pedía un buen cerotazo de indita. El señor se despidió y ellos terminaron sus preparativos a la espera del cortejo fúnebre. Cual no sería su sorpresa al ver que el difunto era su compañero de tragos. Dicen que nunca volvieron a probar el alcohol.

En la doce calle y avenida Reforma de la zona 10, queda el monumento a Don Lorenzo Batres Montúfar, un grande de las letras guatemaltecas. Dicen las malas lenguas que de vez en cuando Don Lencho como le conocían, baja de su silla en el monumento y se sube a los carros de descuidados ciudadanos que circulan por esa avenida a altas horas de la madrugada. Muchos aseguran haber visto por el espejo retrovisor a un señor sentado en el asiento trasero. Al reaccionar ya no estaba. Muchos han terminado en choque al perder el control por el susto.

Cuentan que en el pueblo de mis abuelos, en algún lugar de Zacapa, no hace mucho estaba un señor descansando cerca de la media noche en su hamaca. Vio a una mujer pasar por el corredor de la casa y molesto, pues creía que era su hija la que estaba levantada la siguió hasta el patio de atrás. Ante su sorpresa, salió de la casa y agarró el camino del río. El la siguió y de pronto reaccionó que aquello era algo malo. Echó mano de la pistola y accionó el gatillo repetidas veces sin sentir el inconfundible estallido de un disparo. Soltó una maldición y se encaminó de regreso. Hasta que estaba ya en el patio de su casa le funcionó el arma, soltando un par de talegazos al aire. Aunque es conciente que se salvó de la perdición, no sabe aun qué fue lo que lo hizo reaccionar.

Muchos habremos oído cuentos similares, duendes que molestan a los animales de corral, que trenzan la crin de los caballos, que lanzan piedras contra las casas, almas furiosas que golpean a los vivos y cosas por el estilo. En la casa vieja de mis abuelos, que aun existe, decían que si allí dormía alguien que los espantos no quisieran que durmiera, el fulano en efecto no iba a poder dormir, y si por alguna casualidad lograba dormirse, despertaba a orillas del riachuelo sin saber donde estaba ni como había llegado. Por suerte la primera vez que dormí en la casa vieja aun no había oído esa historia y la segunda vez, que para agravar la situación, dormí en la hamaca afuera en el corredor, estaba lo suficientemente bolo como para que ni una pelea de chuchos que me pasara por encima me hubiera despertado, claro, y sin contar que me acosté a las 5 de la mañana y faltaban como 20 minutos para que se pusiera claro. Pero bueno, nunca he subestimado todas estas leyendas, joyas auténticas de la narrativa de los pueblos.

Esto es solo una muestra de las historias que, por qué no decirlo, asustaron nuestras noches de infancia y todavía lo siguen haciendo porque entre paja y paja a mí me siguen dando miedo. Nuestra riqueza en leyendas y tradiciones es tan grande que no hay forma de cubrirlas con unos cuantos posts. Habría que dedicarle un blog exclusivo y disponer de material didáctico a tal fin, además de alguien que se especialice en el tema. Estos relatos se los he contado con mis propias palabras, según los recuerdo de haberlos leído en obras como “Leyendas de Guatemala”, “La calle donde tú vives” y sobre todo de haberlos escuchado en aquellas inolvidables charlas con los abuelos. Y así sin mucho esfuerzo recuerdo de momento otras muchas historias pero quedarán para otra ocasión, como los hechizos de la luna, el espanto entierro, los penitentes de la candelaria, las casas embrujadas de la Antigua Guatemala, y un sin fin de leyendas según la zona del país donde las escuchemos. Pero que huevos muchá, mejor aquí lo dejamos porque por la vida de las putas me acaba de dar un calambrazo por toda la espina dorsal y mejor machete estate en tu vaina dirían hace años.

miércoles, mayo 09, 2007

Leyendas, Aparecidos, Costumbres y Supersticiones de la Tradición Oral de Guatemala. (Segunda Parte)

Bueno, continúa esta serie adentrándonos un poco en las leyendas de aparecidos, o “cuentos de miedo” más conocidos y populares.

La Llorona:

Probablemente la leyenda más popular sea la de la Llorona. Una leyenda que se presenta en varios países, en algunos con otro nombre pero casi siempre las mismas características. Una mujer licenciosa que dio muerte a sus hijos ahogándolos en el río y que vaga por la eternidad buscándolos. Aquí en Venezuela es conocida como La Zayona. Decían los abuelos que si uno la escuchaba lejos era porque estaba cerca, y viceversa. Una de mis tías y mi abuela aseguraban haberla escuchado muchos años antes, cuando el Boulevard Los Próceres no era mas que un calle cualquiera. Contaba una señora conocida de mi familia, que una vez allá por Santa Rosa estaba lavando platos tarde por la noche, cuando oyó los gritos de la llorona. Se preguntó con el pensamiento que cómo sería verla. Unos instantes después, escuchó unos golpecitos en la ventana que le quedaba a las espaldas de donde estaba. Recuerda que todo se le nubló y despertó rodeada de sus hijos. Sabe que si hubiera volteado a ver la ventana la llorona le hubiera ganado el alma. Por eso dicen que no hay que llamar a los espantos ni con el pensamiento. Por mi parte que bueno que nunca la escuché y espero que eso siga así, porque si la hubiera escuchado me hubiera pasado como en Terminator que se ve como se va congelando desde la punta de los pies, solo que yo no me hubiera congelado, sino como dijo el legendario Zacapa, me hubiera ido convirtiendo en popó desde la punta de los pies hasta la cabeza, y hubieran encontrado mi forma pero en popó, jajajaja.

El Sombrerón.

Siguiendo con tan famosas leyendas, imposible no mencionar al Sombrerón, enamorado y alma en pena que va por allí con su recua de mulas y su carretón, vestido de negro, con botines de charol y tocado con su sombrero de dimensiones exageradas, todo del mas impecable color negro, con algunos apliques de plata, como las espuelas. Canta con mucho sentimiento en las noches oscuras a las patojas guapas, de grandes ojos y pelo largo. Son canciones que solo la patoja en cuestión puede entender y si le pone atención o se enamora de su anónimo cantante se convierte en víctima de la serenata del Sombrerón, empieza a amanecer con el cabello trenzado de forma tan apretada que es imposible deshacer las trenzas, enferma poco a poco y se agrava hasta que muere, y la noche que la velan dicen que se escuchan los lamentos del sombrerón expresando su dolor por el amor perdido.

Yo creo que me voy a poner a maltratar otra vez muchá porque me siguen dando “callos-fríos” diría el Chavo.

El Cadejo:

Y no podemos olvidar el Cadejo, un perro grande, negro, con cascos de cabra en lugar de patas, con los ojos encendidos en el fuego del infierno y que va por allí cuidando a los borrachines consuetudinarios. Dicen que si el borrachín logra mantenerse en pie va a llegar a su casa sano y salvo, siempre seguido a media cuadra por aquel chuchón negro que velará porque ningún peligro terrenal aceche a su protegido, pero si cae al suelo, el perro se le acercará, le dará lengüetazos en la boca y eso asegurará la perdición del cristiano, que nunca se recuperará de su adicción al alcohol, misma que lo llevará a la tumba. Se dice también que existe el Cadejo blanco, pero esa historia no la conozco.

La Siguanaba:

Pero para los enamoradizos también hay, por eso hay que andarse con cuidado. Cuentan que aparecía la Siguanaba allá por la Guatemala de antes, como una mujer bellísima que se bañaba por las noches en los tanques y piletas públicos en un camisón transparente, mostrando sus encantos, pero siempre de espaldas. Un incauto bohemio caía en sus redes, siguiéndola sin darse cuenta, sin poder evitarlo y a la vez sin poderla alcanzar por mas que corriera, alejándose cada vez más de la ciudad hasta un barranco, donde al final ella se volvía, le mostraba una monstruosa cara de caballo y el pobre diablo enamorado de turno iba a dar con todos sus huesos al fondo del barranco, donde invariablemente encontraban el cuerpo con señales de arañazos y con la expresión de locura aun presente en sus ojos inertes. Lo más aterrador de estas historias es que el espanto en cuestión se termina ganando el alma de la víctima, condenándola al tormento eterno.

La Tatuana:

Esta era una mujer igualmente licenciosa, mal vista por las damas de la sociedad de los inicios de la Guatemala que hoy en día conocemos. Aparte de ser objeto de críticas y comentarios malsanos por ser tan “liberal”, era esta una mujer acusada de brujería y hechicería, pero sobre todo, la acusación mas grave que pesaba sobre su cabeza era la de ser concubina del demonio. Después de un par de fenómenos prácticamente inexplicables en los que la susodicha se vio envuelta, la lograron apresar, encerrándola en las bartolinas de la Capitanía a la espera de su sentencia y más que probable ejecución. En su última noche solo pidió que le llevaran algo a su celda. Los custodios, sorprendidos por lo inofensivo del pedido, no creyeron hacer mal al satisfacer el requerimiento. Lo que aquella mujer había pedido era un pedazo de carbón. Unas horas antes del alba, cuando se preparaban las autoridades para apersonarse en la celda de la mujer, escucharon unas risas diabólicas y desgarradoras. Presas del más profundo terror, corrieron apoyándose unos a otros hasta la celda, donde lo único que encontraron fue una tufarada insoportable a azufre, la fragancia del diablo. La Tatuana, una vez consumado su pacto con el maligno, utilizó el inofensivo carbón para dibujar en la pared un barquito, en el cual escapo hacia el mas allá, a una eternidad de tormento por haber empeñado su alma.


La procesión de las ánimas en pena.

Dicen las señoras de antes, esas señoras que aun saben rezar el rosario de verdad, pues aprendieron al lado de sus madres, de sus abuelas, de sus bisabuelas y así hasta llegar a los años de la colonia, que algunas veces por las calles del centro de la ciudad, por La Candelaria, por la Recolección, por el Cerrito del Carmen, por Santo Domingo, por San Francisco, por la Avenida Elena, se escucha el rezo penitente en susurros de la Procesión de las Ánimas en pena. Son estas almas que vagan por la eternidad a la espera de alcanzar su destino final. En esas calles oscuras y solitarias del centro, en Viernes Santo sobre todo, dicen que se pueden escuchar pasar a estas almas en pena. Una señora que no creía en esas cosas y curiosa por saber qué era en realidad lo que escuchaba pasar, los esperó un día en la puerta de su casa, pasada la media noche. Por la esquina del poniente cruzaron, todos con su traje oscuro de penitente, como los cucuruchos pero de color negro. Iban rezando en un idioma ininteligible. Uno de los últimos se acercó a la señora y le pidió que le guardara dos Cirios Pascuales, los que pasaría buscando la noche siguiente. La señora los recibió, los dejó en su sala y se fue a dormir. A la mañana siguiente casi se va de espalda al que ya no eran cirios, sino un par de fémures humanos. Desesperada ante el riesgo de perder su alma, corrió a la Iglesia, donde el párroco le dijo que debía reunir todo el valor que pudiera y esperar de nuevo la procesión esa noche. Si no lo hacía y no entregaba de vuelta los huesos, se convertiría en una mas de las almas en pena que allí iban. La señora esperó y a la hora convenida se le acercó el que se los había dado y como llego, igual se fue. Entre rezos inaudibles.

Continuará... (En unos días la última parte)

lunes, mayo 07, 2007

Leyendas, Aparecidos, Costumbres y Supersticiones de la Tradición Oral de Guatemala. (Primera Parte)

Es innegable la riqueza de nuestra tradición oral guatemalteca. Hace unos días leyendo un post de mi amiga Alecksya sobre el Chiquirin, un animalito cuyo ruido suena así “chiquiriiiiin, chiquiriiiin”, estuve recordando algunas de las tradiciones, leyendas y supersticiones típicas de nuestra tierra y que con el paso de los años se han comunicado de una generación a otra, aunque en apariencia el mundo moderno y sofisticado de hoy no les deja mucho lugar. Esa es otra historia.

¿Alguien recuerda a Los Azacuanes? Los azacuanes son unas aves que pasan una vez al año, anunciado el final de las lluvias. Recuerdo que siempre mi abuela decía… “Ya pasaron los Azacuanes llevándose el agua”, aunque yo nunca los vi en realidad. Sería interesante si alguien lo sabe que nos cuente la especie concreta y bajo que pautas migratorias pasan por nuestro país hacia el fin de la época lluviosa.

Y estaba pensando en “Las Cabañuelas”. Como “Las cabañuelas” se conoce a los primeros 12 días del año, en los cuales se definirá la condición climática de los meses venideros, así el 1 de Enero representa a Enero, el 2 a Febrero, el 3 a marzo y sucesivamente. Cuando yo era niño siempre me lo comentaba mi abuelo, pero para ser sincero para el 4 ya había perdido la cuenta y no recuerdo si el 6 y 7 de Enero hacía calor representando a Junio y Julio, o no, jajaja.

Y ¿qué me dicen de la “Maldición de los compadres”?. Dice la leyenda que si entre compadres se acuestan se van a volver piedra. Según contaban mis abuelos, hace muchos años durante una peregrinación a Esquipulas (Cuando era una peregrinación de días a pie) iban varias familias y el compadre se discutió a la comadre en el montecito, después todos buscándolos y en el lugar de los hechos solo encontraron un gran tetunte con la forma de una pareja en pleno canchis-canchis. Dicen que por el camino viejo de Esquipulas todavía está el tenamaste y es conocido como “La piedra de los compadres”.

De las mismas peregrinaciones contaban que una vez pasó un grupo de peregrinos por uno de los lugares acostumbrados para descansar y escuchaban el llanto de un niño pequeño. Lo buscaron y lo buscaron pero lo único que encontraron fue un bulto de tortillas en el suelo. Era el Maiz el que lloraba. En mi casa jamás se tiró una tortilla mientras viviera mi abuela. Ahora no podría asegurarlo.

Allá por Zacapa siempre me dijeron que si me metía al río en Viernes Santo me iba a convertir en pescado, pero eso si lo probé y no pasó. También me dijeron que si iba al monte que tratara de no descansar recostado sobre un árbol de Amate, pues de allí salían los duendes y cosas que pululaban por el campo en las noches. Lo jodido es que con mis conocimientos de botánica ni siquiera puedo reconocer un Amate, jajaja. Allí mismo en Zacapa dicen que cuando la cosa es sobrenatural, que cuando alguien se enfrenta a un espíritu o un espanto las armas de fuego no funcionan. Uno le da y le da y el cuete no rempuja su cargamento de plomo. Varios conocidos me han dicho que es cierto.

Mis abuelas también me contaban que el 1 de noviembre salen las almas de los difuntos a pasear. Los dejan ir a visitar a sus familiares, sus casas, sus amigos o a quien quieran por espacio de 24 horas. Salen a las 12 de la noche y tiene que estar de vuelta a las 12 de la noche siguiente. Siempre en mi casa para ese día se dejaba la foto de nuestros difuntos en el Altar, una veladora encendida y un vaso con agua, pues la abuela decía que llegaban con sed. También cuentan que muchas veces las almas se presentan ese día en forma de palomillas blancas, y que por eso no hay que matar a este insecto.

Hablando de insectos, las mariposas esas nocturnas que son horrendas las condenadas, ¿saben cuales digo? Esas mariposas grandes que son color café oscuro y negro, que en las alas tienen unas manchas blancas que parecen ojos. Pues cuentan por allí que si una de esas se entra a la casa y se posa en alguno de los dinteles por el lado interior del mismo, significa que alguien va a morir. No por fuerza alguien de la casa, puede ser alguien allegado, algún conocido.

Ahora bien, en las noches capitalinas, ¿Quién de ustedes no ha despertado alguna vez en plena madrugada oyendo los desgarradores quejidos de los infelices gatos? Decían los abuelos que cuando los gatos lloraban así era porque andaban jugando con el diablo. Yo por si las dudas, gato visto gato apedreado. Solo a mi abuela y a uno de mis tíos les gustan los gatos en la familia. El resto somos perreros.

Pero los perros también tienen su cosa de espanto (la Filistea dice que todos los perros están enchamucados). ¿Han oído a todos los perros de su barrio aullar alguna vez? Lo que mas asusta es cuando se oyen a lo lejos los aullidos, se van acercando, aúllan los de tu cuadra, los de tu casa, los de la otra cuadra, los de la de mas allá y así se van alejando los aullidos sin ningún otro ruido que los perturbe. Decía mi abuela que cuando eso pasaba podía ser por dos posibles causas. 1. Que alguien moría y el alma iba en camino a su destino, y los perros la veían pasar. 2. Iba pasando la llorona en su eterna búsqueda de sus hijos ahogados. Y ¿han visto cuando los perros se quedan viendo fijamente hacia un punto donde no “hay” nadie y reaccionan como si estuvieran viendo a alguien? También es de pensarlo.

La otra tradición oral que envuelve a los perros es la de sus cheles (las legañas, para el público internacional). Dicen que si uno le quita un “chele” al perro y se lo acerca al ojo, queda con la habilidad de los perros de ver a los espantos y ánimas. Pero que nunca mas se puede quitar, o sea que vaya a donde vaya siempre verá a los espantos del lugar. Eso nunca lo probé mitad por miedo y mitad por los aspectos insalubres del asunto.

Puta muchá, a medio post voy y ya tengo como escalofríos, jajaja. Se me acaba de erizar hasta el último de los pelitos de mi cuerpo, jajaja.

Eso me recuerda que el primer consejo que daban los abuelos para esas situaciones que involucraban presencias “no terrenales” incluía maltratar más que ayudante de ruletero. Si uno escuchaba a la llorona por ejemplo o sentía algo raro o escuchaba ruidos o lo espantaban de cualquier forma, la terapia de choque era insultarlos. Soltar una descarga abrumadora de patanadas, palabrotas y vulgaridades. Porque eso los asustaba. Una vez insultados sí ya había que ponerse a rezar pero mas que para ahuyentarlos para el alivio de sus penas. Me acabo de volver a erizar por la vida de las putas, así que sí anda alguien que no es de esta vida por aquí cerca que se vaya mucho a la mierda por la gran chingada… (Funcionó muchá, se me bajaron los pelitos pero todavía siento un “nido” en la garganta), jajaja.

Las luces de los difuntos y los tesoros enterrados son otra leyenda importante en Guatemala. Dicen que la luz marca el sitio de las riquezas del difunto, y que una vez desenterradas hay que mandarle a decir Misas por el descanso de su alma. Mi tía Juanita, que Dios la tenga en su gloria, contaba que de joven se le “apareció” alguien y le decía que fuera al patio de atrás, que le iba a indicar donde estaba el tesoro. Dos veces lo escuchó y las dos veces cerró los ojos con todas sus fuerzas y rezó como si le fuera la vida en ello. Al final se volvía a quedar dormida. Después de la segunda vez se lo contó a todos y un par de veces fue mi papá, que también Dios lo tenga en su santa gloria, que se levantaba en la madrugada a asustarla, hasta que un día con otro de mis tíos hicieron que se desmayara del susto que le metieron y mi abuela les cayó a escobazos cuando los descubrió, jajajaja. Pero bueno, a saber que hubiera pasado si la Tita hubiera encontrado el tesoro. Y dicen que por mi casa había una hacienda de esas de antes. Mi vecino tuvo guardaespaldas mucho tiempo y algunos hacían guardia en la terraza de su casa, justo al frente de la mía, y más de una vez aseguraron ver a un tipo vestido completamente de negro “caminar” sobre los techos de las casas de mi cuadra.

Continuará (en 3 o 4 días)

jueves, mayo 03, 2007

Orale Tranca, mucha suerte!!!


Muchá, se está volviendo costumbre que en El Ruletero despida a los amigos que se están marchando de Guatemala como en su momento ellos me despidieron a mí.

Ahora le toca el turno al Kid, el Niño, el Tranca, el Calceta o el Rolo, como le quieran decir o como sea que lo conozcan. Un gran amigo desde siempre y un virtuoso de la guitarra, integrante clave de Los Últimos Adictos.

Rolando:

Hoy que te vas, que Dios te guíe y que te acompañe en el camino tranca. Lo mismo que le dije al Omar, te vas dejando atrás a mucha gente que te quiere y que te apoya en esta nueva aventura. Que te empuja a seguir y que te transmite sus buenos deseos.

Yo se que esta oportunidad es algo que has estado soñando y mas importante aun, buscando y trabajando, desde hace mucho tiempo y para la cual estás mas que preparado compadre. Dale viaje, que pisados, andá a comerte el mundo, ya verás que lo lográs.

Así es brother, dale. Atrás quedan para vos infinidad de experiencias, de logros, de alegrías, de satisfacciones, y también de tristezas, de decepciones, de momentos verdaderamente duros, de separaciones, todo lo que forma nuestro andar por la vida. Hoy que te vas sabiendo que es por tiempo indefinido, que todas y cada una de esas situaciones que pasaste te fortalezcan para encarar con los huevos en la mano el desafío que se te presenta.

Por allí algún día nos veremos tranca, masacre. De momento para no alargar mucho este “hasta luego” solo quiero mandarte un gran abrazo y muchos buenos deseos, aunque me deja con un poco de malestar saber que cuando llegue yo a Guatemala no vas a estar cerca para comentar desde la más sublime de las virtudes de la humanidad hasta la mas aberrante de las depravaciones, haciendo énfasis en estas últimas, jajaja. Porque hay que ver que nos entreteníamos inventando bestialidades tranca, sobre todo y en particular los entretenidos debates sobre la obra escrita del Marques de Sade, jajajaja. Enfermos los dos pisados, jajajaja.

¿Te acordás cuando estábamos en el bachillerato y en mi casa te pusimos con el Omar a prueba a ver si podías tocar la melodía de lo que estuviera sonando en la radio? Y recorrimos todo el dial estación por estación y no “claviaste”, jajaja. Que el espíritu de anécdotas como esa vayan con vos a partir de ahora. Eso sí, te lo digo no como amenaza, sino como promesa, y guardá muy bien mis palabras…Sí cuando seas famoso te hacés el lleno de mierdas con los que somos tus amigos de verdad, te voy a dar una cachimbeada que ni tu mamá te va a reconocer, y peor aun, haré pública la historia de cuando tocabas Love Song de Tesla…. Jajajajaja.

Bueno Kid, llevá tu arte a otras partes y surgí de allí a las alturas. El esfuerzo y la entrega no siempre son recompensados pero en tu caso veras que sí. Como dijo el Mario Casasola, ya es hora de dar el salto de Zope a Gavilán, jajajaja.

Un fuerte abrazo tranca y desde aquí te deseo suerte. No olvides mandarme un email cuando hayas cometido los primeros actos indecorosos e indecentes, jajajaja. Y los pasajeros habituales de esta unidad de transporte van a estar pendientes de tu carrera. Ah, y como un consejo de última hora, aprendé a comer chile y tomar tequila mano, jajajaja.