miércoles, septiembre 07, 2005

Toda la gente solitaria...

Se sentaba sola. Siempre. Daba igual cuanta gente hubiera, se las arreglaba para encontrar una esquina, un rincón, una banca apartada, un pedacito de privacidad donde pudiera estar sola, espiritualmente sola. Quería que no la vieran, que nadie la notara, que no supieran que estaba allí. Sentía pena de sí misma. Todo era sencillo de lograr, la gente misma se empeñaba en ignorarla, en no verla ni por casualidad.

Se sentaba sola en aquel parque, viendo desde lejos el ir y venir de las personas, el trabajador presuroso, el adolescente ruidoso y alegre, la pareja enamorada, el niño que corría una pelota y la madre que desconfiada lo alejaba al ver que se dirigía hacia ella. Siempre era igual, sin quererlo provocaba rechazo hasta que acabo deseando ser marginada. Fue igual el día anterior, la semana anterior, el mes anterior, el año anterior, la vida anterior.

Solo una razón la hacía volver. Al ver a las personas podía imaginar sus vidas, reinventar sus historias, hacerse partícipe de ellas en su mente, ya que la realidad se lo impedía. Seguiría buscando su rincón, sentándose allí siendo invisible, sin querer serlo pero sin poder evitarlo. Día tras día, hasta que llegara el momento de no volver, hasta que la alcanzara el destino, cuando se marcharía para siempre. Lo único que la entristecía era que todas aquellas personas que sin saberlo le habían acompañado y le habían prestado sus historias ni siquiera notarían su falta.

Como cantaban los Beatles en Eleanor Rigby…

All the lonely people
Where do they all come from?
All the lonely people
Where do they all belong?

(Toda la gente solitaria, ¿De dónde ha venido?. Toda la gente solitaria, ¿A dónde pertenece?)

1 comentario:

Alba dijo...

porque cuentas mi vida? quien te ha dado permiso?