lunes, noviembre 06, 2006

De Bodas y espectáculos similares...

El fin de semana pasado asistí a la celebración de un enlace matrimonial entre dos contrayentes plenos de ilusión, inmersos en un mundo de sueños, amor, esperanza en el futuro y felices hasta los huevos por dar tan importante paso. La Iglesia adornada como si la unión la fuera a celebrar el Papa en persona, un Roll Royce en la puerta, la novia preciosa eso sí, el cuate con un traje que se veía más caro que mi carro, todos los invitados de pipa y guante. En el hotel donde fue la fiesta, hay un lago artificial inmenso, y en los jardines fue la recepción, carpas blancas, una barca con velas encendidas flotaba en el lago, la orquesta, antorchas, arreglos florales, un fotógrafo en la entrada para retratar a todos los invitados, un área de chill-in, el área principal y un área de chill-out, el banquete espectacular, comida japonesa, comida italiana, comida venezolana, mesas de jamones y quesos, alcohol para llenar el lago vecino, y todo lo que se puedan imaginar.

Pero con todo eso, a sido la boda mas aburrida a la que he asistido. Bueno, reconozco que me receté mis buenos vinos y comí con ahínco, esfuerzo y dedicación, además de que andaba viendo si me conectaba a una que estaba en la misma mesa, pero a pesar de todo, no deja de ser la boda mas aburrida en la que he estado. Por la gran puta, si hubieran visto lo superficial, lo falso, lo vanidoso, es que daban ganas de darle un gran morongazo a cada uno y salir corriendo de allí.

Pero bueno, tuve suficiente tiempo para divagar sobre las otras bodas a las que he ido, y me siento orgulloso de haber estado en verdaderos derroches de felicidad. Imaginen ustedes qué voy a cambiar yo una boda caqueraza pero capaz de aburrir a las ostras, por un casamiento típico chapín, donde truena la marimba toda la noche, donde se cena tamalito de coche, donde se baila sobre pino regado por todo el salón, donde las botellas son de Venado y los invitados son auténticos. No muchá, ni loco, a ciegas elijo la boda chapina.

Y no solo por las costumbres, es que los invitados en realidad engalanan el evento. Me acuerdo de un casamiento al que fui, a mí me pareció raro al principio, pero después me contaron que las familias de los novios no se podían ni ver. La fiesta fue avanzando, las botellas fueron pasando, la música fue sonando hasta que lo que sonó fueron los pijazos, aquello se convirtió en un verdadero circo romano y empezaron a volar platos, floreros, cubiertos y todo lo que estaba a mano. La pista de baile la ocupó una turba enardecida en plena batalla campal, pero lo mejor de la noche lo obsequió una señora que en el más puro estilo de lucha libre, se hizo con una silla, la blandió por sobre su cabeza como objeto contundente y descargó tremendo talegazo en la espalda de uno de los combatientes. Le tronó el lomo al pobre compadre, aunque eso sirvió de campanazo final y después hasta se tomaron unos tragos todos juntos. De todas formas por aquello de los pleitos ajenos, en cuanto empezó el alboroto, precavido que soy, agarré mi trago y me pegué a la pared mas cercana para no perderme detalle y no recibir un mi pijazito mal intencionado.

Y vieran que me ha tocado ir a varios casamientos en el oriente del país. Había uno donde abundaba el licor, puro Venado en presentación media botella. El cuate que llevaba las medias botellas a cada mesa como que por cada una que servía se tomaba un su cerotazo porque a media fiesta ya estaba mas para allá que para acá. Ya en el clímax de la parranda y con los mariachis sonando dos individuos amigos míos tuvieron la genial idea de apostar a ver cual de los dos se tomaba media botella de ron directo de la botella más rápido que el otro. Los resultados no fueron tan geniales como la idea, pero decoraron el suelo del salón de una forma, digamos, anecdótico-vomitiva.

En otro casamiento también en oriente, allá “por ´onde yo”, ya en el after-party, es decir, siguiendo la borrachera en la tienda del pueblo después de que se terminó la fiesta. La cosa es que de pronto un amigo se sentó a mi lado, me habló un rato de lo bien que le caía mi papá que por aquel entonces recién había fallecido, nos tomamos un trago por eso y de repente, mientras aparentemente veía la botella, me dijo: “Compa, ¿me da permiso de que le pegue un buen socón a esa mierda?”, yo, seguro que se refería a tomarse un buen trago directo de la botella, le dije sin titubear que sí, que por supuesto podía darle el “buen socón a esa mierda”. Cual no sería mi sorpresa cuando “la mierda” a la que se refería era tremenda pistola que se sacó de la cintura y que después de asomarse a la ventana descargó casi por completo al aire, acompañando cada disparo con auténticos alaridos rancheros. Yo, con los oídos pitando y todavía sorprendido de los estallidos, me limité a decirle “Salud!” y me levanté para ir a buscar algo mas que tomar.

En la boda del primo me perdí casi 3 horas de la fiesta porque en la esquina hubo un choque de carros en el que se vio involucrado mi hermano y tuve que salir a manipular un poco la situación. En la boda del Oliver apostamos con el Christian a ver quien podía decir más canciones de Iron Maiden y The Beatles, sin repetir y sin inventar. En la boda del Mario, la primera, casi volteamos una banca de la iglesia por estarnos meciendo mientras el Lev decía a todo pulmón “Fuuuuck”, a media misa. En la otra boda del Mario no me acuerdo que pasara nada raro. En la boda del otro Christian, un mi cuate pasó frente a la iglesia durante la misa, uno de mis tíos que estaba afuera le dijo que me casaba yo y aquel me fue a buscar a la casa a ver si era cierto. Y una boda que ni me acuerdo de quien fue, cuando era niño, que me toco hacerla de Paje, o mejor dicho de maje, porque me pusieron un mi traje y me tocó caminar delante de la novia con una almohadita y los anillos, eso no se hace señores, es abuso infantil, y claro, como uno a esa edad no tiene mucha voz de protesta, pues le toca aguantarse y hacerlo.

Esos son solo algunos de los ejemplos que se me ocurrieron, pero díganme ustedes si no suenan mas interesantes estas bodas. Porque en la del fin de semana pasado en la mesa de la par estaba el Excelentísimo Embajador de no se donde, mas allá un Ministro de Estado, y por el otro lado un Gran Empresario, pero ni el Embajador cantó El Rey, ni el Empresario hizo disparos al aire, ni el Ministro de Estado bailó el “Jugo de Piña”. (El jugo de piña va por cortesía del Batfink). Cuéntenme alguna anécdota casamentera pues.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

En una boda a la que asistí (como novio), cuando ya nos disponíamos a darnos a la fuga con mi esposa buscamos a los familiares mas cercanos para despedirnos, todo iba muy bien cuando de repente nos topamos con "Doña Julia", una vecina de mi esposa a la que por el aroma no se le distinguía entre el vaso y su persona.

Viene la adorable señora y me detiene... "Mire Mau, yo lo quiero felicitar, pero le digo (hip) que se lleva usted una buena patoja ... porque la nena ... bla bla bla..., " Total, luego de su largo discurso sobre la buena mujer que me llevaba y una sutil amenaza de lo que me pasaría si le hacía algo, tuvimos que despedirnos de todos, pues como era de esperar el estridente tono y el hipo de la señora ya habia formado una rueda de público.

Anónimo dijo...

Jajaja, esto me recuerda a la boda de una de mis primas. Desde pequeña he asistido a muchas bodas, vestida de niña de las flores o solo de invitada, pero cuando ya fui creciendo, nunca, nunca me habia ido con el resto de solteras a agarrar el ramo, no sé por qué, es solo que no me llamaba la atención. Sin embargo en la boda de esta prima y después de la fregadera de que "vamos hombre, a que le tenes miedo, etc, etc." decidí acompañarlas. Llegamos al centro del salón, y poco a poco empecé a acomodar a las solteras al frente, y yo di unos pasos hacia atrás. Tal fue mi sorpresa que cuando la novia tiró el ramo que... que crees! si venía directo hacia mí! yo no podía creerlo y solo me quedó levantar la mano y recibirlo. Claro que fue un caos total cuando volteo a ver a mi novio con cara de "me fregué" y a mi mamá, hermanas, primas y tías matándose de la risa.
Ya te podrás imaginar..
Saludos,
Kida

Anónimo dijo...

Este post me recordo a la tipica historia que te cuenta algun tu cuate y que empieza algo asi "fijate que al cuate de un mi cuate...", que no sabes si en verdad le paso a alguien, o son cuentos, pero la anecdota dice asi:

"Siempre he odiado las bodas. Todas las viejas tienen que darme una palmada y decirme, “Tú eres el siguiente”. Dejaron de hacerlo cuando empecé a decirles lo mismo en los funerales... "

Andy dijo...

RomeroGT: Vos como que te querías hacer el escape de lupe de la fiesta pero no contabas con que la asistencia ya te había asignado a la doñita como marca personal y no te iba a dejar escapar así de fácil, jajaja. Gracias por la visita. Yo todavía no he ido a una boda como víctima.

Kidda: Imagino la cara de "tu novio", jajaja, no un poema, sino un cuento de edgar allan poe, jajajaja.

Jorge: Saludos vos, eso lo ví en una película pero ahorita n ome acuerdo en cual, jaja, buen chiste.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Aaahhh las bodas son buenas...nunca faltan las viejas que se levantan los arreglos de la Iglesia y de las Mesas! Además, las que pelan desde si la novia no lleva la cara velada hasta las semillas de amapola del pastel!

Pero se la pasa uno realmente bien en una boda con gente auténtica como decís! A mí en lo personal me encantan, xq son las fiestas donde se baila, se come y se hechan los traguitos deliss!

Saludos... y abrazos!

Te queremos!

Tu manita

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Esas bodas tan elegantes no me gustan. Son un rollo, no van conmigo. Eso sí como hasta reventar y bebo poco porque aquí si bebes y manejas, casi te fusilan los guardias.

Saludos.

Andy dijo...

Manita: TE acordás la boda de pachín? Esa compite como la mas alegre a la que hemos ido, talvez porque la fiesta duro un día antes, el día de la boda y dos días después, jajajaja.

Goathemala: Será cosa de suerte. porque el tiempo que viví por allá conocí unos amigos que manejaban no solo bolos, sino elevados hasta las trancas, y nunca los paró ni la guardia, ni los municipales ni los nacionales ni nada, jajaja, por suerte tampoco nunca necitaron del samur, jajaja. Saludos, por cierto, ahora que lo pienso, en España nunca fui a una boda. Full gambas, jajaja.

Anónimo dijo...

Aaahh la Boda de Pachin sin lugar a dudas fue lo máximo! Y como ellos mismos dicen... el mayor gusto que les quedó de la boda, fue que todos los invitados se la gozaron y no la olvidan!

Pirata Cojo dijo...

Vos Andy, a mi me tocó también de maje en el casamiento de una mi tía, para variar, mi primo el gordo y yo, del gordo te hablé en el post de las graduaciones, yo llevaba los anillos y él las arras, para variar el mula las tiró al suelo, teníamos 7 años, lo que no aguantaba yo era la risa en plena iglesia, porque el muy serote con la manga del saquito quería limpiar los centavos.

Y en la mía propia, que yo no quería ni mierda de reuníón y cuando llegamos a la casa de mis suegros, tenían preparada una mini recepción para la raza, al final paré cantando rancheras cuando llegaron los mariachis y mi viejita se puso a chillar cuando nos tocaron las golondrinas, ¡ah qué recuerdos vos! hace casi 23 años.

Anónimo dijo...

buena

Unknown dijo...

Esto fue en Chiquimula, eran 3 hermanas, la novia es la segunda hija, y la segunda en casarse, asi que llego el momento de tirar el ramo, la primera vez le cayo a su hermana pequeña (la soltera y la consentida de su papa) por lo que el señor puso el grito en el cielo, y dijo NO, ella es la unica que me queda, mi muchachita, ella no se casa... bla bla bla... y entonces se tiro el ramo una segunda y finalmente una tercera vez, cuando nuevamente el ramo le cayo a la hermanita. Unos meses despues la hermanita se casaba, con el novio que nadie queria, por que ya venia un tercero...
A veces resulta cierto lo del ramo, no?

Andy dijo...

Yo siempre le ando huyendo a lo de la liga, porque así como para las chavas es el ramo para nosotros la liga. En el casamiento del primo, aquel ya me tenía jurado que me la iba a lanzar a mí, pero como decía en el post, mi hermano chocó el carro en la esquina y yo estava involucrado en el camote cuando tiraron la liga, jajaja, pero como mí primo se la quitó a su esposa con la boca, dicen que el suegro de aquel gritó "Que se te caigan las muelas cabrónnnnn", jajaja.