¿Por qué tanto mal humor?

Que grueso como anda la gente en la calle señores. La verdad no se en que momento se hizo oficial el uso del odio a los demás. Hace tiempo en una película, no recuerdo cual exactamente, uno de los protagonistas acostumbrado a tratar como basura al resto de la humanidad le dice a otro de los personajes – “estoy ejerciendo el innegable derecho del ser humano a portarse miserable con el resto de la gente” – o algo así mas o menos. En su momento me pareció graciosa la frase y de hecho la use en mas de alguna situación de trabajo sobre todo, pero ahora que lo pienso es un verdadero problema.

La gente ha abandonado la amabilidad, las buenas maneras, las buenas costumbres, la urbanidad, la educación en general y parece haber adoptado como norma de vida la amargura, la rudeza, la falta de cortesía, la cólera, el rencor, la violencia.

A lo mejor estoy exagerando pero a mi me preocupa. En serio se los digo, encuentro preocupante que uno entre a un elevador, diga “buenos días” y no solo nadie responda, sino que encima de no responder te fulminen con la mirada como si por el simple hecho de compartir el espacio del elevador estuvieras violando alguno de sus derechos o les hubiera ofendido el que los saludaras. Estoy seguro que a cualquiera de los que lea aquí le ha pasado infinidad de ejemplos como el del elevador. En la calle, en la camioneta, en el ruletero, en cualquier edificio, al ir manejando, y un interminable etc.

Yo entiendo que todos tenemos problemas, todos tenemos nuestras preocupaciones, de una u otra índole, de tal o cual gravedad, pero eso no debería de impedir que nuestro trato a los demás fuera lo mas educado posible, no pido cortesía ni amabilidad, simplemente educación elemental. ¿Por qué tenemos que proyectar en los demás las complicaciones de nuestra propia vida? Otro ejemplo, hace un par de semanas iba tarde para el trabajo y ya tenso solo de pensar en el día que me esperaba. Suena el celular y es número equivocado. La otra persona me pregunta “¿me puede decir con quien hablo?” y yo le respondí “¿Para que quiere que se lo diga si no es a mi al que está llamando?, ya le dije que se equivocó”, él insiste “¿Pero me puede decir que número marqué?”, y yo le digo “Si no lo sabe usted como quiere que lo sepa yo, está equivocado y ya” y le colgué. No me parece una reacción normal de mi parte, sobre todo porque se lo dije muy alterado y aun después de colgar seguía pensando que porque un “imbécil” me tenía que quitar el tiempo con una llamada equivocada, como si fuera culpa de él que las líneas se cruzaran.

En fin, es muy notoria la tensión que se siente en el ambiente. La gente va con la desconfianza en la cara, con la duda de cual de todas las personas con las que se topará será la que intentará joderla. No digo que todos, pero si gran cantidad.

La cordialidad de que hacíamos gala ya está pasando a la historia y no podemos permitirlo. Tratemos de levantarnos con una sonrisa, sin restarle importancia a nuestros problemas, pero con una sonrisa en el rostro se afrontan mejor. Hagamos la diferencia, tratemos de contagiar el buen ánimo, el buen humor. Si no nos responden los “buenos días”, los “con permiso”, los “gracias”, no nos desanimemos, insistamos la siguiente vez. No nos dejemos convencer por la apatía de algunos, por la soberbia, por la prepotencia. Que pisados, quien quita y algún día generalicemos la convivencia pacífica y cordial para siempre. A reír todos y hagan que alguien mas ría.