domingo, mayo 17, 2009

De la situación actual y lo que piensa el Ruletero.

Estimados lectores y lectoras, durante todos estos días he estado evitando escribir al respecto de la situación actual que se vive en el país, con la muerte del señor Rosenberg(QEPD), las acusaciones hacia el presidente y su círculo más próximo, las acusaciones contra banrural, la detención de Jean por su post en twitter, las manifestaciones de rechazo a la actual administración pública, las manifestaciones de apoyo a la misma y en general sobre la crisis institucional y política que se vive hoy por hoy.

Siendo el internet y los blogs un medio de comunicación masivo y global, considero que ya no se le puede categorizar como no tradicional, pues ha superado en alcance y llegada a los medios convencionales tanto escritos como radiales o televisivos. Por eso mismo mucha gente cree que cada uno de los que utilizamos esta vía de comunicación deberíamos estar comprometidos con las causas de todos y en cierta forma lo estamos en mayor o menor medida.

Quiero reconocer, a riesgo de decepcionar a muchas personas que probablemente esperaban un activismo mas decidido por parte del ruletero, que en lo personal prefiero desmarcarme de las confrontaciones, y voy a explicarles por qué, pero antes quiero dar las gracias a toda la gente que ha manifestado su repudio ante la situación actual del país realizando acciones de protesta, demostrando que aun creen posible que el país cambie, equilibrando un poco para compensar a quienes como yo, hace mucho tiempo dejamos de creer.

Decía que prefiero desmarcarme porque aunque me pase de cínico al decirlo, no creo que sirva de nada ni que vaya a tener algún efecto positivo en el futuro inmediato de nuestro país. No quiero pasarme de ingenuo y por eso no creo que en realidad el acontecer diario de nuestro país esté en nuestras manos. Hace mucho tiempo que dejó de estarlo. Un amigo mío decía en otro sitio de internet que en este país no existen altares para los héroes y sus palabras son muy ciertas. Se que estas palabras se van a pasar a un nuevo nivel de egoísmo social, pero encuentro totalmente inútil y sin sentido el sacrificio personal, inmolarse por un pueblo indiferente y desagradecido, que lleva muchos años permitiendo que las cosas pasen, haciendo la vista a un lado y que se engaña pensando que a pesar de la inercia descendente que ya alcanzamos, las soluciones inmediatas son posibles.

De todos los que siguen este blog regularmente es sabido que por trabajo he tenido la oportunidad de vivir en otros dos países durante los últimos años. Vivía en España cuando el gobierno español anunció la decisión de que España se uniera a Estados Unidos en la invasión a Irak. Fui testigo de manifestaciones multitudinarias, y cuando digo multitudinarias no estoy hablando de cincuenta mil personas, estoy hablando de cientos de miles, de millones a lo largo y ancho del país. ¿Sirvió de algo? No. Al cabo de unos días los primeros efectivos españoles embarcaban rumbo a Irak y unos meses después Madrid sufría el peor atentado terrorista de su historia como represalia por aquella decisión equivocada y claramente impopular. La opinión de aquellos millones de personas, de los cuales yo era uno mas, no contó para nada y pasó lo que pasó. Hasta que el pueblo castigó con votos a los que consideró responsables, quienes pasaron de contar con mayoría absoluta a perder las elecciones por un amplio margen.

Un tiempo después, viviendo ya en Venezuela otra vez vi a millones de personas manifestarse en contra de multitud de decisiones del régimen de Chávez, por las mas diversas razones. Vi de nuevo las manifestaciones multitudinarias que solo servían para que los que marchaban hasta adelante respiraran gas lacrimógeno y recibieran perdigonazos de goma, pero que de ninguna manera resultaron en algo positivo para el pueblo. Lo único que consiguieron fue generar un cisma social y un enfrentamiento que se ha enraizado ya en la idiosincracia social de aquel país, llegando incluso a separar familias por sus diferencias políticas, caso que también conocí de primera mano. ¿Sirvió de algo? No. Hasta que el pueblo le recupero un poco de territorio electoralmente hablando al gobierno, quien sin embargo ignoró por completo esa voluntad del pueblo, desencadenó acciones para desvirtuar esa victoria y hoy en día es infinitamente mas poderoso e inmune a la opinión del pueblo que hace 10 años.

Y aquí pasa lo mismo. Otro amigo decía que habría que traer a los guatemaltecos del 44, pero veo muy difícil que los encontremos. Ya no quedan, y nosotros ya no somos así. Decepción tras decepción, acto de corrupción tras corrupción, han ido eliminando nuestro idealismo, nuestra capacidad de reacción, nuestra esperanza.

Por eso mi posición es egoísta e indiferente. Yo lo único que quiero es mantener mi trabajo, mal que bien y a empujones poder pagar mis cuentas y la comida. ¿La violencia? Es un flagelo que nos azota todos los días y solo podemos esperar que no la veamos cerca, pero no es nada nuevo ni de extrañar cuando la nuestra se ha convertido en una sociedad inherentemente violenta en todos sus niveles. Estudiémonos cada uno de nosotros con sinceridad y verán como las reacciones violentas las tenemos demasiado cerca de la superficie. Nunca he creído en segundas oportunidades, porque ningún ser humano las merece. Quien peca una vez volverá a pecar. Quien roba una vez volverá a robar. Y eso se puede trasladar a instituciones y países.

Lo que si quiero que comprendan es que no se puede permitir la polarización de la sociedad. Al producirse dicha polarización si que será el tiro de gracia para las esperanzas que alguna vez las cosas cambien. No se puede permitir que se siembren odios entre el pueblo por la clase social, por el credo religioso, por la tendencia política, por la raza o por lo que sea. Esto no se trata de un duelo entre ricos y pobres, o entre derecha e izquierda. Todos los interesados deben recordar que la autocrítica es muy importante y que si de verdad creen en una ideología política tienen que apoyar a la ideología como institución y no al hombre como individuo que la trata de implantar. Si ese individuo es ineficaz y está fallando, se le deben señalar sus errores y reconocerlo como el fracaso que es, pero nunca apoyarlo a ciegas solo porque medianamente está del lado al que apoyamos. Eso solo nos hundirá mas rápido. Recordar que creamos en lo que creamos, apoyemos al oficialismo o a la oposición, antes que nada somos Guatemaltecos y si en el barco en el que estamos lo que hay para comer es mierda, pues mierda vamos a comer todos, sin importar en que punto de la ciudad nos concentramos hoy.

No hace falta que me maltraten o que me digan que esa no es la posición que hay que tomar, que así nada cambiara. Eso ya lo se yo por mi propia cuenta. Es solo que no creo que sea posible que nada cambie se haga lo que se haga y gobierne quien gobierne. A pesar de que creo en Dios, no creo que esto sea cosa de estarlo invocando y decir que solo Dios puede hacer que esto mejore. Esta situación es cosa nuestra, nosotros la provocamos y ahora se nos ha ido de las manos. Perdonen mi pesimismo, pero esta situación ha hecho brotar mi lado pesimista de la manera mas fácil. ¿Qué pasará? Nadie lo sabe, aunque la respuesta mas común es nada. Probablemente. O a lo mejor, y eso espero, me tenga que terminar tragando mis palabras al respecto de que nada va a cambiar. El tiempo lo dirá.

domingo, mayo 10, 2009

Decidir, largarse, volver, continuar. Crecer.

Hay momentos trascendentales a lo largo de la vida, situaciones que se nos presentan de tal modo que hacen imposible evitarlas y aunque quisiéramos que desaparecieran nos vemos obligados a enfrentarlas de lleno y con decisión pese a nuestra renuencia o temor. Encrucijadas que nos llevan a tomar uno u otro camino, ante la atemorizante incertidumbre del no saber, del no anticipar, del no prever.

Son esos momentos, esa necesidad y obligación de decidir independientemente de lo acertado o no que resulte dicha decisión, los que van forjando nuestro carácter, nos van templando, nos van moldeando.

Hablábamos el sábado por la noche con un amigo costarricense sobre esto y algo mas. El también se fue de su país, en este caso hacia Guatemala por motivos de estudio y le ha llegado el momento de volver. Hablábamos de las experiencias que uno adquiere estando lejos y muchas veces solo, de los contratiempos que se superan, de las alegrías que se encuentran, de las amistades que se descubren, de los amigos que ya se tenían y se convierten en un apoyo, de todo lo que conlleva agarrar una maleta y decir adiós a la vida que se ha llevado hasta entonces para iniciar una nueva. Pero sobre todo hablamos del temor al momento de regresar. Me explico.

Uno pasa mucho tiempo consigo mismo estando lejos y eso distorsiona su realidad y su forma de percibir y entender los recuerdos y sensaciones que se tienen de lo que se ha dejado atrás. Uno tiende a idealizar lo que conocía y ha tenido que cambiar. Para quien no ha pasado por eso, podría parecer que llegado el momento de volver tendría que ser únicamente emoción y felicidad, que de hecho lo es pero no solamente eso. También es temor, miedo, indecisión. Y coincidentemente ambos lo expresamos de la misma manera: Alegría e ilusión de pensar en volver, abrazar a la mamá, a los hermanos, dormir en tu cuarto de toda la vida, en tu cama, con tus almohadas, abrir los ojos y ver la luz de tu tierra. Pero un profundo y visceral temor al día siguiente, al despertar el primer día de regreso y preguntarte ¿Y ahora qué?. Y reconozco que precisamente ese instante y esa pregunta fueron los que me llevaron, no una sino varias veces, a aplazar mi vuelta. Me aterraba el despertar y no saber qué hacer. Dije cuando me despedía de los amigos en el extranjero instantes antes de volver, que regresaba a recuperar mi vida, a retomarla donde la dejé 6 años antes, pero una vez aquí me di cuenta que la vida que dejé ya no lo es, ya no es mi vida, se ha cambiado a si misma, ha evolucionado, ha cambiado. Y lo que recordé como mi vida a lo largo de los años estando lejos, ya no lo es.

¿Qué queda entonces por hacer en ese caso? Solo continuar. Asumir el cambio, hacer acopio de madurez y entereza y seguir caminando, enfrentarse de nuevo a la disyuntiva sobre qué rumbo tomar y tomarlo, que pisados. En resumen, crecer. Crecer como persona, como ser humano. Adaptarse y crecer, adaptarse a una nueva realidad, a una fase completamente nueva y diferente de la vida. Evolucionar y crecer, evolucionar en lo que se es y será a partir de ahora. Crecer. Y mencionamos que todo el tiempo lejos nos prepara para eso, para crecer.

En aquel entonces decidí largarme. Ahora volví señores, y continué también. Hace ya unos meses de eso pero no había tenido oportunidad de compartir mis impresiones al respecto. Ahora toca crecer, y sobre todo continuar. No dejar de continuar. Y crecer. Salud!!!.

domingo, mayo 03, 2009

De ilusiones utópicas, obsesiones y curiosidades de esas.

Me decía el Christian un día de la semana pasada “Es que vos no aprendés ¿va?”, y yo le decía que si aprendo,que de hecho soy de fácil aprendizaje, pero algunas veces se me olvidan las lecciones, cosa que de todas maneras nos pasa a todos por lo general haciendo énfasis en las leyes de murphy y su oportunismo para generar unas metidas de pata que tienen tanto de épicas como de legendarias.

La cosa es que la plática giraba, como suele ocurrir cuando alguien le dice al otro que no aprende, sobre mujeres. La historia completa y sus detalles tampoco es que se las vaya a platicar a ustedes por aquí, no vaya a ser que en lugar de que saque algo de ayuda con sus comentarios me termine metiendo en un verdadero predicamento y la situación de por sí complicada termine degenerando en un auténtico circo romano (taz dixit).

A modo de resumen, anda por allí una guapa señorita sobre la cual he expresado en repetidas ocasiones ciertos sentimientos que me invaden desde hace unos cuantos años, con la cual hemos llegado a desarrollar en los últimos meses una comunicación sin precedentes en mis registros, comunicación que por sí sola a colaborado a que un halo de confusión y hasta desesperación nuble la parte intelectual de mi cerebro, entorpeciendo mi tradicional mecanismo de indiferente y frío distanciamiento de las vanas emociones. Algo así cómo cuando el lado oscuro de la fuerza nubló la percepción sensorial del consejo Jedi impidiéndoles ver la llevada de putas que les venía en camino hasta que ya la tenían encima. Y conste que no es lo mismo verla venir que bailar con ella.

El asunto es que desde hace unos días lo que no pasaba de ser una ilusión utópica, y conste que yo mismo le atribuyo el grado de utopía porque hasta cierto punto acepto su irrealidad e imposibilidad (solo hasta cierto punto claro, hay un nivel de conciencia en el que me niego a creer en dicha imposibilidad), ha llegado a convertirse por mi parte, en una agobiante confusión, casi obsesiva sobre lo que podría ser y me parece a mí que nunca será. No puedo pensar, las largas jornadas laborales son una mancha borrosa en la bruma de mi conciencia, miro los dos teléfonos una vez cada tres minutos para saber la hora (y dos minutos después vuelvo a verla sin recordar la última que vi) o buscar una llamada perdida o un mensaje, activé dos notificadores diferentes de email para que me avisen si recibo algo, cualquier cosa que me permita establecer y mantener activos canales de comunicación con la fuente de dicha obsesión. Y lo francamente complicado es el contenido de la comunicación en cuestión, contradictorio y ambiguo donde los haya, que a momentos ratifica rotundamente lo utópico del asunto pero instantes después alimenta la ilusión dejando entrever posibilidades y oportunidades que en un parpadeo vuelven a volatilizarse. Así, minuto a minuto, hora a hora, día a día, hasta el punto de ser una presencia permanente y perturbadora para la paz mental.

Lo que me tranquiliza es que ya no tardo en aburrirme de la situación y volver a encerrarme en mi característico mutismo y mi normal costumbre de dar trivialidad incluso a lo mas trascendente, a enfocarme completamente en el trabajo, en la dieta (porque estoy a dieta cosa que les contaré en otro post) y eventualmente en las cosas importantes de la vida, como el Rock And Roll, el fútbol, emborracharse, el porno y cosas de esas. (nótese en este párrafo ya la tendencia a trivializarlo todo).

Termino con algunas palabras de los cuatro grandes de Liverpool (Los Beatles, no el equipo de fútbol de Anfield), en cuyas canciones se encuentra sabiduría para cada momento de la vida. Aquí les dejo algunas frases de la canción “I´ll Follow the Sun” del disco “Beatles for Sale”. Salud señores. 9.5 libras menos y contando.

“One day you'll look to see I've gone.
For tomorrow may rain, so I'll follow the sun.
Some day you'll know I was the one.
But tomorrow may rain, so I'll follow the sun.”